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lunes, 25 de marzo de 2013

Una Pasión según Mateo de medio pelo en Bellas Artes


Se presentó en el Palacio de las Bellas Artes, con motivo de la Semana Mayor del catolicismo, la Pasión según san Mateo, de Johann Sebastian Bach (1685-1750). El “san” es cortesía del catolicismo, pues el título original de la obra en alemán es Matthäus-Passion, sin referencia a ninguna santidad, ni a la resurrección, que no ocurre realmente. Acudí al Palacio con expectativas muy bajas, sabedor de lo ya vivido en el pasado, pero ni así pudo la orquesta llenarla. Tal vez es tiempo de mandarlas a una mazmorra más profunda, como los viejos sótanos de la PGR, a ver si así pueden ser llenadas. 

La verdadera pasión escarlata estuvo en el Foro Sol


El repertorio de participantes de perfil internacional podría suponer un mejor resultado, pero al leer entre líneas sus perfiles en el programa de mano, se adivina que sin excepción, son todos artistas con muy escaso cartel, e integrantes de ciudades y orquestas de mega-medio pelo en Estados Unidos. Con excepción de las voces femeninas tanto en los coros (allí más bien apenitas) como en las partes solistas, y el caso del bajo de origen negro que interpretó a Poncio Pilatos (cuyo crédito no viene en el programa de mano), el resto del elenco brilló por su mediocridad e incluso deficiencias técnicas vocales. El pomposo Coro Bicultural es una engañifa fruto de la codicia o de la deshonestidad de sus promotores, pues a duras penas alcanza el nivel de un coro de aficionados. Cuando cantan fuerte, allí sí se les oye (nomás faltaba que no), pero cuando tienen que cantar en el registro medio o bajo, simplemente no se escuchan ni bajos ni tenores. El coro infantil, bien, considerando que son adolescentes y aficionados, pero no les auguro mucho futuro si aspiran a ser como el resto de sus pares. Los dos papeles más importantes, el del Evangelista y el de Jesús, fueron como de pesadilla interminable, y daban ganas de crucificar antes de tiempo al Jesús, mientras que el primero medio recuperó terreno en la segunda parte.

Lo peor de todo fue la dirección orquestal de Carlos Miguel Prieto, quien ni es especialista ni parece interesado en profundizar en el repertorio barroco. Su lectura de esta colosal obra fue apenas aceptable, de regular a mediocre lo calificaría. Se limitó a marcar los tiempos y las entradas, pero nunca fue capaz de dar una lectura en profundidad. Desde el poderoso y solemne inicio, se hizo evidente que Carlos Miguel Prieto nunca iba a poder con la tarea que le esperaba. Los oboes, muy bien en su empeño disonante, sin embargo la orquesta y coro naufragaban en la más absoluta mediocridad y autocomplacencia, la cual opacó todo esfuerzo de las maderas por brillar. El coro simplemente se perdía, sin matices ni hondura psicológica. Y si alguien piensa que podría haber una tabla de salvación, esa pudo haber sido el Erbarme dich, extraordinaria aria para soprano (o contratenor) y violín, aquí interpretado por Carla López-Speziale y Shari Mason, apenas salió a flote, sin hondura psicológica ni dramatismo alguno, como si se tratara de cualquier aria barroca, sin entender lo que la letra dice y lo que la música del violín debe transmitir. Aquí, por supuesto, la responsabilidad de Carlos Miguel Prieto es total, pues ni entiende qué dice la letra ni qué debe hacer el violín para hacer de esta aria el portento que es.

Y es que aquí el responsable de todo el numerito es Carlos Miguel Prieto, y sus intereses extra musicales, más bien laborales. Artista de una agencia estadounidense que maneja su agenda, no sólo debe cumplir con los compromisos que esta le consiga, sino con una cuota anual de contrataciones, y que él puede solventar con esta clase de conciertos, donde de un solo plumazo incluye solistas vocales e instrumentales y un coro. De allí que todas las fuerzas interpretativas de esta ocasión hayan sido de tan bajo nivel, tan decepcionantes. Sólo el público villamelón que asiste a Bellas Artes y se siente impulsado como por un invisible resorte en el asiento al final de cada función se levanta a aplaudir y ovacionar como posesos una interpretación más bien mediocre.

Si a Carlos Miguel Prieto verdaderamente le importara el aspecto artístico de su carrera, no nos ofrecería artistas de tan medio pelo. Buscaría promover el talento local, o mejorarlo, y no ofrecernos coros de papel maché como los que integran el más bien mediocre Coro Bicultural, que como dije es una engañifa institucional para venderle proyectos al INBA en colaboración con artistas igualmente codiciosos y con escasa ética profesional.

Ahora, a esperar la Pasión de Juan de Horacio Franco, él sí un especialista en repertorio barroco.

sábado, 23 de marzo de 2013

BACH. LA PASIÓN SEGÚN SAN MATEO. OSN.


La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) bajo la conducción de su ratificado director titular el maestro Carlos Miguel Prieto presentó la que es considerada como una de las obras más importantes en la  historia de la música: "LA PASIÓN SEGÚN SAN MATEO" BWV 244, de Johann Sebastian Bach.
Estrenada el Viernes Santo de 1729 y, según algunos, no se volvió a escuchar hasta cien años más tarde dirigida por el joven, tenía 20 años, Mendelssohn en Berlín. Concebida para solistas, doble coro y orquesta este gran monumento sonoro contiene las más bellas e inspiradas páginas del compositor. Actuaron como solistas Frank Kelley, tenor como el evangelista Mateo, Sthepen Bryant, bajo, como Jesús, y Lesley Anne Bradley, soprano, Carla López-Speziale, mezzosoprano, Sthefen Tharp, tenor, Kevin Deas, bajo en la voces. Christhoper Shepard, bajo continuo, William Skeen, violagambista. Y el Coro Bicultural dirigido por John Daly Goldwin, Coro de niños de la escuela Nacional de Música, Patricia Morales, directora y la participación de solistas de la propia OSN.
Con una duración de dos horas y media la velada musical resultó gratificante. El maestro Prieto dirigió con gran conocimiento de la partitura y con un estilo profundo y emotivo a la par. Logró el control de la gran masa coral y concertó con gran rigor y finura a los solistas en los coros, corales, arias, donde participan los cantantes acompañadas por diversas dotaciones instrumentales, que requieren un perfecto balance. Destacaron la parte de violín solista y voz contralto, con las artistas Shari Mason, violín concertino y Carla López-Speziale, quien tuvo tal vez las participaciones más bellas y sentidas de la genial obra, con emoción, pasión y estilo. Los oboes, muy bien tocados, también tuvieron partes de gran lucimiento. Solo el bajo que cantaba a Jesús, tuvo serios problemas vocales al principio de la obra que nos hicieron temer que fuéramos nosotros los martirizados y no el Salvador del Mundo. Afortunadamente se repuso y brindo un trabajo cumplido.
Muy adecuada selección de esta bellísima obra ahora que la próxima semana será la Semana Mayor, conocida mejor como Semana Santa, donde se recuerda lo que nos narra el Evangelio de San Mateo en los capítulos 26 y 27 que utilizó Bach para su Pasión.

México D.F. a 23 de marzo de 2013.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El malentendido de Albert Camus

El malentendido, CNT del INBA
Mauricio Rábago Palafox

Por no hablar claro y decir las cosas como son y cuando hay que decirlas, se produce la tragedia. Así se resume El malentendido (1944), obra maestra de la dramaturgia de Albert Camus (1913 – 1960), premio Nobel de literatura, una joya del teatro universal de fuerte intensidad dramática, que nos presenta la Compañía Nacional de Teatro del INBA, en el Teatro Julio Castillo del CCB.

La historia está inspirada en un evento real: en 1935, tras una ausencia de 20 años, un hijo vuelve a Yugoslavia y un malentendido genera la tragedia entre él, la madre y la hermana.

Con la dirección de Marta Verduzco y la escenografía minimalista de Gabriel Pascal, música de Joaquín Gutiérrez Heras (quien falleció el año pasado), los actores Farnesio de Bernal, Ana Ofelia Murguía, Emma Dib, Rodrigo Vázquez y Érika de la Llave, interpretan durante casi dos horas esta estrujante pieza teatral.




Llenas de rencor, soledad y hostilidad por la existencia que les tocó vivir, forzadas a atender un sencillo hostal donde el sol brilla poco y la vida no sonríe, madre e hija reciben a un huésped a quien deciden asesinar para robarlo sin saber que se trata de su hijo y hermano que partió hace veinte años, quien irónicamente vuelve a traerles a sus familiares amor y fortuna, a restaurar el lazo familiar roto.

A lo largo de la obra, Camus aborda tangencialmente los temas de lo cruel de la existencia, la persecución de la felicidad y del amor, lo amargo del exilio, la promesa de una vida mejor, la soledad y el rencor, el miedo, las fallas en la comunicación humana… Todo con un manejo asombroso del lenguaje y la dramaturgia, que evoca a ratos a las grandes obras teatrales de Lorca




El público es el único que sabe lo que va a pasar inexorablemente, atestigua las intenciones de los protagonistas, pero nada puede hacer para evitarlo. Farnesio de Bernal protagoniza al sirviente, personaje que no habla casi, escucha mal, “un Dios implacable que te deja a tu libre albedrío” declaran las actrices Emma Dib y Ana Ofelia Murguía.




¡Qué distinto hubiera sido todo, qué lejos del fatal desenlace! Si tan sólo el hijo hubiera dicho quién era y a qué venía. Parece ser el subtexto de esta obra. El no hablar claro abona el terreno a la tragedia.




¡Cuánta verdad escénica, cuánto profesionalismo actoral! hay en esta propuesta, que mantiene al borde del asiento al público. Esta reposición de uno de los grandes éxitos de la CNT del INBA, es también un homenaje al centenario del autor. Les he dicho el concepto, ahora vayan a ver cómo se desarrolla.






El malentendido se presentará del 14 de marzo al 21 de abril 2013.

Informes: públicos.cnteatro@inba.gob.mx


lunes, 18 de marzo de 2013

CARMEN O LA BELLEZA DEGRADADA.


Grafiteros de aerosol manchan los muros en la penumbra sórdida. La pared queda degradada.La soldadesca los detiene. Los esculca. Los manosea. Amanece en un suburbio de fealdad evidente. Es la primera escena que el espectador anónimo mira desde la sala del teatro. Enésima representación de ese "canto de amor y de muerte". Bellas Artes repone el título de la ópera cimera de Bizet: Carmen. Vine a verla completa pues mi frustrante experiencia anterior, en un arruinado teatro Julio Castillo en obras, de esta misma puesta fue fallida. Inconclusa. Pero la cabra tira al monte. O a las montañas de Vizcaya.

¿Hay algo nuevo en esta reposición? No lo hay. Es una pretenciosa banalización. Trivial. Insustancial. Los personajes míticos, al salir de su contexto, se degradan, se pierden en el vacio, se vuelven caricaturas grotescas. Pierden su dignidad primaria y original. La lectura de Lombardero es fallida por una sola razón: la ausencia de belleza. Su puesta en escena es sórdida e ingrata. Al desaparecer la esencia mítica de leyenda exótica y romántica y tratar en vano de contemporanizar la clásica historia esta cae simplemente en lo vulgar. Destino y fatalidad desparecen. El mito base de la mujer libre que hipnotizara a Nietzsche cae en pedazos. La gitana Carmen deviene en mujer vejada. Don José en fanático traicionado noble pero asesino. Escamillo es un torero moderno acompañado de guaruras. Micaela es tal vez la más desamparada. No abandona jamás el pueblo de sus tradiciones mutiladas. Los contrabandistas de vuelven fayuqueros.  Las montañas devienen en bodegas. Brillo se pierde. Y luz. 


Salva la prescindible función un cantante que no obstante lo banal nunca pierde su dignidad. El Don José de Dante Alcalá, verdadero Dragón de Alcalá, sobresale por su creación de un personaje entrañable y doliente. Dota de carácter y de voz a ese soldado que ha sido desencajado de todos sus valores tradicionales por el espejismo del amor. Solitario y apartado finge indiferencia ante las cigarreras escasas de ropas y escrúpulos. El hechizo de la flor lo transforma y enloquece. La belleza del timbre de su voz llena la escena con esa morbosa fragilidad del lírico del dueto con Micaela al apasionado y frenético que declara su amor furioso a una Carmen cuyo perfume recuerda y enerva encarcelado por ella. Y el desertor enamorado que corre celoso por la madre moribunda y regresa a suplicar el regreso. Traicionado y herido mata lo que ama. Y se mata a si mismo. Dante Alcalá, como actor y cantante, es la única luz entre tanta oscuridad.

Ya cae esa luz sobre el asesino ante el mismo muro degradado de grafitos frente a la plaza abarrotada de gritos estentóreos. Ya ha sido alcanzado por ese destino que lo alcanza con su cruel fatalidad. Ya se entrega a él como humano desvalido y entristecido. Ya cae el telón.

México D.F. a 18 de marzo de 2013. 


viernes, 15 de marzo de 2013

OLIVIER MESSIAEN EN BELLAS ARTES.



TRES PEQUEÑAS LITURGIAS DE LA PRESENCIA DIVINA Y OTRAS OBRAS.

Una aspersión de agua intangible que nos baña como suave brisa de luz y nos inunda de energía sutil. Una música que nos trasciende y aleja de la cotidianidad exterior y nos llena de paz serena. Con esa sensación de bienestar salimos del teatro de Bellas Artes luego de asistir gozosos al 
concierto que en su sala principal ofreció la Orquesta de Cámara de Bellas Artes. Dentro de su primera temporada 2013. Grata experiencia.

El maestro José Luis Castillo preparó este breve pero intenso programa sin pausas ni intermedio con virtuoso tino y afinidad de caracteres con tres obras que comparten el tema de la espiritualidad o experiencia religiosa como sentimiento íntimo y personal aunando a dos compositores cumbres del siglo XIX, Lizst y Brahms, con otro del siglo pasado, el XX, emparentados en sus creencias y sus experiencias personales más allá de la anécdota.


Con la dotación de cuerdas, comandadas por el primer concertino, el ruso Vladimir Tokarev Ivanovich, reciente adquisición, la Plegaria a los ángeles guardianes de Franz Liszt preparó con su atmósfera diáfana de su lenguaje manifestado en sus piezas contenidas en la serie Años de peregrinaje que, dice el músico hungaro, "despertaron emociones profundas en mi alma".
También fruto de esas emociones Johannes Brahms compuso, cercano a su hora postrera, Una rosa ha florecido, Op.122, núm.8, basada en una vieja melodia alemana que es, dice Juan Arturo Brennan en las notas, "a la vez un himno mariano y un villancico navideño".

Ya creado el ambiente con estas piezas breves para cuerdas vendría la obra central de estreno en México que congregó en esta ocasión a muchos de los personajes muy apreciados por el cronista como compositores, pintores, promotores, melómanos, y amantes varios del arte de Euterpe, que no podían faltar a este suceso: "Tres pequeñas liturgias de la presencia divina, para piano, onda Martenot, celesta, vibráfono, batería, coro femenino al unísono y orquesta de cuerdas" con poema y música de Olivier Messiaen. Participaron el Coro de niños de la Schola Cantorum, Alfredo Mendoza, director, Nathalie Forget, ondas Martenot, Carlos Salmerón, pianista. Antifona de la conversación interior, Secuencia del verbo, cántico divino, Salmodia de la ubicuidad por amor,  se titulan las tres piezas que constituyen esta obra que así explica Messiaen con sus propias palabras: "La idea principal es la de la presencia divina, con cada sección dedicada a un tipo diferente de presencia.La primera sección está dedicada al Dios que está presente en nosotros; la segunda esta dedicada al Dios que está presente en sí mismo; la tercera esta dedicada al Dios que está presente en todas las cosas. Estas ideas inexpresables no son expresadas, sino que permanecen en el nivel de una deslumbrante muestra de color."

No puede explicarse mejor.

Felicitamos al maestro José Luis Castillo por haber conjuntado tantas fuerzas artísticas en este logro excepcional que ejemplifica que pueden hacerse cosas de alto nivel en Bellas Artes; que con trabajo, lucidez y talento son perfectamente posibles de lograr. Gracias por esa música llena de vida y esplendor. 

México D.F. a 15 de marzo de 2013.



lunes, 4 de marzo de 2013

RAMÓN VARGAS: TENOR VERDIANO EN BELLAS ARTES 2



La segunda parte de la jornada vespertina verdiana, luego del trago amargo del barítono Luna, (que a cualquiera le puede pasar, pues en un descuido la cogida de un becerro manso pero mañoso puede mandar a la enfermería a cualquier subalterno, y hasta al primer espada), el director musical del concierto Srba Dinic, nativo de Servia, toma su lugar en el podio del foro para iniciar la segunda parte. Simon Boccanegra, Idem, que narra la historia del encuentro entre el protagonista, Simón, y su perdida hija Amelia Grimaldi. Tema caro al huérfano de hijos Giuseppe Verdi, que perdió a los suyos niños y a su esposa cuando principiaba su carrera, esta relación filial, padre e hija, será tratado en numerosas óperas del genio italiano. El barítono George Petean, Simon Boccanegra y la soprano Joanna Paris, se enfrentan al dúo del encuentro de ambos personajes donde descubren su parentesco sanguíneo. "Orfanella il tetto umile... Figlia¡ a tal nome io palpito..." Soy huérfana, me acogió bajo su techo humilde...¡Hija¡ Ante tal palabra me estremezco, nos hacen escuchar a otra soprano distinto, más lírica, mucho mejor en este registro que en el de la Reina Elizabetta, que muestra virtudes que no demostró antes, en un personaje que no sentimos verosímil ni logrado. El barítono bajo en cambio su nivel brindando un Boccanegra apenas superficialmente leído. Toca el turno a Gabriel Adorno, prometido de Amelia y enemigo a muerte de su progenitor Dux, en la voz de Ramón Vargas. "O inferno¡...Sento avvampar...Cielo pietoso, rendila..." ¡Oh infierno¡ Siento arder en mi alma...Cielo piadoso devuélvela a este corazón. Estos personajes sufrientes y amorosos con los sentimientos a flor de piel, angustiados y desesperados, llenos de contrastes psicológicos, románticos a ultranza, decimonónicos, verdianos pues, vienen como anillo al dedo a un tenor lírico con temperamento latino como nuestro compatriota. Su canto esta dotado de un brillo particular y una linea de canto bella aunada a la belleza vocal y la interpretación canónica, dogmática, ortodoxa del belcanto, que deleita y emociona a la par. Lección y dominio. Cátedra del bien cantar.
En la última parte de esta ópera Simón, Gabriel y Amelia enfrentan un triángulo de amor-odio pues dispuesto a matar mil veces al padre de su prometida se entera del vínculo paterno y filial y se arrepiente de su pretensión asesina: "Ei dorme... Perdono, Amelia..." ¡Duerme¡...Perdón Amelia por amor lleno de celos...".

La última parte programada lo constituye mi ópera favorita, ya lo he confesado, de Verdi: "IL TROVATORE" El trovador, que ansió escucharle a Vargas. Joanna Paris vuelve a sorprenderme pues es ahora una Leonora creíble y atinada quien canta ahora si muy bien, esta en su tesitura y registro ideal en este entrañable personaje, quien acompañada por la Inés de Zaira Soria, nos brinda su escena mágica de belcanto adornado "Che piu t´arresti...Tacea la notte...Di tale amor..."¿Qué te detiene ya?...Callaba la noche plácida...Del amor que mal puede expresarse con palabras..." Lo mejor de la velada que le escuchamos. Venida de menos a más aquí Paris acierta y deleita.
Se saca la espina el coro con el conocido pasaje "Vedi¡ Le fosche notturne spoglie..."¡Ved¡ Las fuerzas nocturnas se retiran...mejor conocido como "Coro de los gitanos". Fuerza y contundencia. Y Geores Petain brinda lo mejor de su participación esta tarde-noche de celebración verdiana con su extraordinaria y sentida interpretación de "Tutto è deserto...Il ballen del suo sorriso..."Todo esta desierto...El resplandor de su sonrisa de una estrella vence el brillo...una de las páginas más bellas de todo el repertorio del compositor bicentenario inmortal.
La larga ovación brindada al barítono es merecida y cálida. El concierto va llegando a su punto más álgido. Llegamos al acto III, escena segunda, donde vemos como Manrico se ha casado por fin con Leonora, luego de miles de complicaciones sorprendentes y le canta el aria más bella escrita para el tenor de toda este drama: "Amor... sublime amor
en los próximos instantes 
te hable al corazón...
¡Ah! sí, mi bien, 
siendo yo tuyo y tú mi esposa, 
será más intrépida mi alma,
mi brazo será más fuerte.
"L'onda de' suoni mistici ..."

Los sones de mística melodía
puros descienden sobre el corazón;
ven; nos abre el templo
la dicha inmensa de casto amor.

Y luego lo que todo el público espera en un Trovador: el aria incantable "Di quella pira..."De esa pira el horrendo fuego todas las fibras me quema.." que da gloria y fama a los más grandes tenores y que exigen todo del tenor. Y Ramón Vargas, Manrico, acompañado de Joanna Paris, Leonora, el tenor Gilberto Amaro, como Ruíz, espléndida voz magnética, el coro y la orquesta brindan el punto más alto y energético del concierto. En la cena, terminado el evento, conversamos con Ramón, amigo entrañable y queridísimo, de como su Manrico es entrañable y veraz. "Ya estoy maduro para cantarlo, Manuel...por eso lo hago." Lleno de esplendida voz su aria conmueve y apasiona. Un Manrico lírico con fuerza viril y amorosa. Un triunfo absoluto. Las orejas y el rabo se le brindan a este tenor-torero que mató 4 toros 4 esta tarde gloriosa.
¿Cuándo le veremos y escucharemos a Ramón Vargas en este mismo teatro la ópera completa?

México D.F. a 4 de marzo de 2013.
Año del Bicentenario de Wagner y Verdi.

RAMÓN VARGAS:TENOR VERDIANO EN BELLAS ARTES.


Cuando Ramón Vargas salió al escenario de Bellas Artes ayer a la hora que la fiesta brava comienza, García Lorca dice "A las cinco en punto de la tarde...", sentimos de pronto la energía del torero que sale al ruedo dispuesto a jugársela frente al burel que le pongan enfrente. A cuatro toros bravos iba a enfrentarse ante la gente que lo quiere y los que no tanto lo aprecian. De la ganadería con divisa verde ya habían sacado en el sorteo los nombres: DON CARLO, UN BALLO IN MASCHERA, SIMON BOCCANEGRA y IL TROVATORE. Con cornamenta sin afeites y bien presentados de pitones lo esperaban en los toriles para ir saliendo uno por uno a embestir como saben.

El símil taurino viene a cuenta porque en la ópera todo puede pasar. Los toreros y los cantantes se enfrentan siempre al miedo que les impone la bestia del foro o de la plaza donde mil ojos los miran, aparte de los del toro,  y los sentidos están atentos siempre para disfrutar la cornada o la faena esperada. Y el respetable público ya había llenado la sala y esperaba atento lo que iba a suceder esa noche.

No empezó muy bien la tarde pues la orquesta y el coro del teatro entraron con un sonido desajustado donde las cuerdas y las voces sonaban delgadas y desmembradas. Los metales, ¡esos cornos Dios mío¡, los alientos maderas, no atinaban a acoplarse y los cantantes bajos no daban, literalmente, color, cuando decían sin que nadie les creyera "Carlo il sommo Imperatore..." sin el rango y la profundidad que el Rey del Imperio donde no se ponía el sol ameritaba. No pintaba bien el panorama. Verdi no aparecía todavía. El bajo Alejandro López entro con seguridad y aplomo con voz llena y plena y la esperanza de que se compusiera la cosa asomó brevemente. Es aquí cuando entra el tenor, Don Carlo, nieto e hijo de reyes, quien doliente expresara su queja "Io l'ho perduta..." ¡La he perdido¡ pues su padre le ha robado a la prometida esposa para si mismo. El público no sabe que hacer pues al aplauso y ovación al tenor internacional lo detienen la música que continúa sin pausa y los reclamos de los conocedores a los acelerados prematuros. Viene bien Ramón, nos decimos. Con paso firme y pisando fuerte su canto plañidero y doloroso llena la sala de cálidos colores envolventes. "Io la vidi..." Yo la vi y ante su sonrisa me pareció ver brillar el sol...canta Vargas como lo esta haciendo ahora en el Metropolitan de Nueva York donde canta la ópera completa. Y le creemos. Su drama de desamor, su acercamiento incestuoso y pecador, edípico y culpable, le duele y nos duele.
Ya entra su fiel amigo Rodrigo "E lui¡ desso¡ l'Infante¡ ¡Es él, helo aquí, el infante¡ en la voz y presencia del barítono Geoge Petean, nacido en Rumania, que escucha la confesión del enamorado imposible de su madre la reina. Y luego se juraran ambos amigos amistad eterna hasta la muerte en el brillante y justamente famoso dúo de Don Carlo y Rodrigo "Dio, che nell'alma infondere..." Dios que en nuestra alma quisiste infundir amor y esperanza... y como que el concierto empieza a subir de nivel en este pasaje donde las voces se amalgaman en el juramento fraterno. Sigue luego el aria de Rodrigo "O Carlo ascolta...Io morro" Oh Carlo escucha...moriré...bien cantado por Petean.
Sigue luego otro dúo entre Don Carlo y su amor imposible, Elizabetta, la soprano estadounidense Joanna Paris, debutante en este teatro, "Io vengo a domandar...Yo vengo a suplicar un favor a mi reina...donde los frustrados amantes platónicos esconden sus pasiones amorosas en formulas pretendidamente convencionales. 
No ayuda nada la orquesta a la soprano Paris, rubia beldad fría, en su aria "Tu che la vanita...Tu que las vanidades del mundo conociste y gozas de la tumba... quien se muestra insegura y tiene que luchar con los alientos maderas, flauta y clarinete solistas, que desafinan y descuadran el canto incierto y no muy grato de la primeriza en el foro mexicano. Confieso que no me gustó la joven principiante en esta su primera intervención solista.

El segundo toro empitonado, negro zaino y veteado espera a nuevos diestros y siniestros.Un ballo in mashera "Un baile de máscaras" del que escucharemos la parte central de la escena en la mansión de Ulrica, la maga, a donde asisten disfrazados los cortesanos del gobernante Riccardo. Aquí Ramón Vargas luce espléndido como un verdaero tenor verdiano. Su canto noble y matizado, su estilo elegante y preciso, su sobria bonhomía interpretativa, el placer del belcanto adornado con sutilezas regocijantes al oído del alma nos hacen creer firmemente que nos encontramos frente a un gran artista cuya madurez vocal podemos disfrutar a plenitud. "Su, profetessa...Di tu se fedele...E sherzo od è follia...O figlio d'Inghilterra... " donde alternan con Vargas George Petean, Renato, Belem Rodríguez, Ulrica, Zaira Soria, Óscar, Óscar Velázquez, Sam, Alejandro López, Tom, y Martín Luna, Silvano. Todos cumplieron muy bien sus partes menos el barítono Martín Luna que pasó tal vez la peor de sus noches pues para su desgracia mayúscula no pudo dar una nota en su lugar en el minuto más atroz que hemos escuchado en mucho tiempo, verdaderamente indescriptible: no creemos que se pueda cometer tal número de errores, ¡todos¡, ni proponiéndoselo, en tan poco tiempo. Y no exagero. Lamentable episodio que no olvidaremos ni olvidará el accidentado "cantante". 

CONTINUARA...