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viernes, 15 de marzo de 2013

OLIVIER MESSIAEN EN BELLAS ARTES.



TRES PEQUEÑAS LITURGIAS DE LA PRESENCIA DIVINA Y OTRAS OBRAS.

Una aspersión de agua intangible que nos baña como suave brisa de luz y nos inunda de energía sutil. Una música que nos trasciende y aleja de la cotidianidad exterior y nos llena de paz serena. Con esa sensación de bienestar salimos del teatro de Bellas Artes luego de asistir gozosos al 
concierto que en su sala principal ofreció la Orquesta de Cámara de Bellas Artes. Dentro de su primera temporada 2013. Grata experiencia.

El maestro José Luis Castillo preparó este breve pero intenso programa sin pausas ni intermedio con virtuoso tino y afinidad de caracteres con tres obras que comparten el tema de la espiritualidad o experiencia religiosa como sentimiento íntimo y personal aunando a dos compositores cumbres del siglo XIX, Lizst y Brahms, con otro del siglo pasado, el XX, emparentados en sus creencias y sus experiencias personales más allá de la anécdota.


Con la dotación de cuerdas, comandadas por el primer concertino, el ruso Vladimir Tokarev Ivanovich, reciente adquisición, la Plegaria a los ángeles guardianes de Franz Liszt preparó con su atmósfera diáfana de su lenguaje manifestado en sus piezas contenidas en la serie Años de peregrinaje que, dice el músico hungaro, "despertaron emociones profundas en mi alma".
También fruto de esas emociones Johannes Brahms compuso, cercano a su hora postrera, Una rosa ha florecido, Op.122, núm.8, basada en una vieja melodia alemana que es, dice Juan Arturo Brennan en las notas, "a la vez un himno mariano y un villancico navideño".

Ya creado el ambiente con estas piezas breves para cuerdas vendría la obra central de estreno en México que congregó en esta ocasión a muchos de los personajes muy apreciados por el cronista como compositores, pintores, promotores, melómanos, y amantes varios del arte de Euterpe, que no podían faltar a este suceso: "Tres pequeñas liturgias de la presencia divina, para piano, onda Martenot, celesta, vibráfono, batería, coro femenino al unísono y orquesta de cuerdas" con poema y música de Olivier Messiaen. Participaron el Coro de niños de la Schola Cantorum, Alfredo Mendoza, director, Nathalie Forget, ondas Martenot, Carlos Salmerón, pianista. Antifona de la conversación interior, Secuencia del verbo, cántico divino, Salmodia de la ubicuidad por amor,  se titulan las tres piezas que constituyen esta obra que así explica Messiaen con sus propias palabras: "La idea principal es la de la presencia divina, con cada sección dedicada a un tipo diferente de presencia.La primera sección está dedicada al Dios que está presente en nosotros; la segunda esta dedicada al Dios que está presente en sí mismo; la tercera esta dedicada al Dios que está presente en todas las cosas. Estas ideas inexpresables no son expresadas, sino que permanecen en el nivel de una deslumbrante muestra de color."

No puede explicarse mejor.

Felicitamos al maestro José Luis Castillo por haber conjuntado tantas fuerzas artísticas en este logro excepcional que ejemplifica que pueden hacerse cosas de alto nivel en Bellas Artes; que con trabajo, lucidez y talento son perfectamente posibles de lograr. Gracias por esa música llena de vida y esplendor. 

México D.F. a 15 de marzo de 2013.



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