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viernes, 24 de mayo de 2013

Otra vez respuesta a Ramón Vargas

Señor Ramón Vargas:

Ahora el médium u oráculo parece ser usted. Gracias por mostrarnos que ha leído textos de legislación internacional. Lástima que su erudición en textos jurídicos no venga al caso. Ya le había dicho en mi anterior comunicación que nos honraba publicar su respuesta, pero por lo visto el martirologio de sus personajes se filtra a su vida diaria para irse por las ramas. Sepa usted que en el mundo de los adultos, no en el kindergarten en el que todo es en blanco y negro, los adultos se pueden decir las cosas en tonos fuertes y mantener la amistad. Manuel Yrízar sigue siendo mi amigo y a mucha honra se le estima enormemente, y no espero ni deseo que esté de acuerdo en todo lo que yo diga. La nuestra es una amistad sana, no una secta conducida por un iluminado. No ha sido ni nunca será mi enemigo. Sepa que usted tampoco lo es. Salga por favor ya del proscenio y adopte el carácter de director de la Ópera de Bellas Artes. Toda su exposición está de más y sus sepulcros blanqueados están fuera de lugar. Sepa que ya habiéndome emplazado, en sus propias palabras, a su primera rueda de prensa como director de la Ópera de Bellas Artes, está usted obligado a informarme en tiempo y forma de dónde y cuándo será. Y por favor, envíela a mi correo electrónico. Puede pedírselo a Manuel Yrízar, que constantemente me envía comunicaciones, prueba de que sigue siendo mi amigo.

RAMON VARGAS. RESPUESTA A RECILLAS.


Señor Recillas,

 

La ley sobre el Derecho de Réplica establece lo siguiente:

 

Si partimos de la definición establecida por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que dice que una persona que a través de un medio de comunicación, que ofrezca información que haga alusión a la persona, que verse información inexacta o agraviante, que sea emitida en perjuicio de la persona en el honor, imagen o vida privada. El agraviado, tiene el derecho de replicar y exigir una respuesta difundida en el mismo medio de comunicación en el que fue emitido.

 

Artículo 14. Derecho de Rectificación o Respuesta establece que,

1.Toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al público en general, tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la ley.

2. En ningún caso la rectificación o la respuesta eximirán de las otras responsabilidades legales en que se hubiese incurrido.

3. Para la efectiva protección de la honra y la reputación, toda publicación o empresa periodística, cinematográfica, de radio o televisión tendrá una persona responsable que no esté protegida por inmunidades ni disponga de fuero especial.

La ley también establece que la solicitud de rectificación deberá reunir ciertos requisitos, entre otros (en el primer párrafo), apunta que la respuesta sea dirigida al "director" o"responsable" del medio de comunicación.

 

En ningún momento establece que un "servidor público" este exento de este derecho. Significa que yo, como director artístico de la Ópera de Bellas Artes, tengo el mismo derecho como cualquier otra persona o ciudadano a replicar y contestar cualquier escrito u opinión hablada que afecte mis derechos primordiales que establece la ley que arriba expongo.

 

Sobre esto, y ya para terminar, le comento un par de cosas. No sé de donde sacó que su injurioso artículo del mes pasado en contra de mi persona, haya llegado a mis manos a través de Manuel Yrizar solamente porque nos conocemos. Y que armando un clan mafioso, hemos trabajado arduamente en conjunto en su contra. El infamante escrito me llegó por varias personas, no sólo ese, sino también otros en donde usted expresa su opinión y alienta claramente ataques en mi contra. Ahora me pregunto, ¿si usted las publica es porque quiere que las lean? ¿O se las robó de su escritorio Manuel Yrizar para mandarlas a mí en su perjucio a su insaputa? Ahora resulta que es usted una víctima. Por favor, modere sus intenciones y acepte sus responsabilidades.

 

Mi respuesta era para usted, pero claramente no la mandé a usted, por varias razones, que son las mismas que me motivan para volver a mandar esta misiva de la misma manera que la anterior.

La primera es que la ley establece que la réplica se tiene que mandar al "director o responsable" del medio de comunicación que lo publicó (no al publicante), en ningún lugar encontré esta información. No teniendo a quién mandar mi carta, y como yo a usted no le conozco fuera del modo como me juzga, sería ingenuo de mi parte mandarle mi respuesta y esperar que usted la publicara íntegra como la ley lo establece. Por lo tanto, pedí a un colaborador del mismo blog de donde se emitió su artículo (Manuel Yrizar) que lo publicara "al menos" en el mismo lugar de donde salió publicada (del señor  Rábago Palafox, no tengo sus datos). Visto que usted a escrito en varios lugares y blogs sobre mi persona, no veo por qué no pueda hacer yo lo mismo. O ¿solamente usted puede? Y ya para terminar, confirmo lo que escribí en mi respuesta anterior: Que a usted le gusta "aventar la piedra y luego esconder la mano". Es como el niño bravucón del salón que cuando alguno le regresa las agresiones, se va llorando con el maestro y lo acusa diciendo que le pegaron en bola. Ahora le tocó a Manuel Yrizar, y sólo porque es mi amigo ya es su enemigo.

 

Por último, si quiere declaraciones mías como director de la Opera de Bellas Artes, pida una cita con mi secretaria o venga a mi próxima rueda de prensa para obtener las respuestas e información que solicita.

 

Atentamente.
Ramón Vargas.

jueves, 23 de mayo de 2013

"RINALDO" DE HAENDEL. OPERA BARROCA EN MEXICO.


Una nueva compañia de òpera barroca mexicana formada por jòvenes cantantes presentò en el auditorio del Colegio Sara Alarcòn de Polanco la òpera RINALDO de Haendel. Digno de todo elogio y aplauso este importante suceso pues este grupo se conformò por la decisión propia, la voluntad personal y el deseo de hacerlo. Así de simple. Así de sencillo. Parece fàcil y lo es. O debiera serlo. Pensarlo:tener la idea: realizarla.
La deliciosa historia de esta Compañìa de Òpera Barroca naciò hace ya cerca de un año cuando un grupo de jovenes cantantes, incluidos, cosa insòlita, cinco contratenores, tuvieron la feliz ocurrencia de que querìan cantar y no tenìan donde hacerlo, las fuentes de trabajo para la òpera estàn actualmente cerradas para casi todos, y màs en un estilo, el barroco, que aunque guste a muchos a nadie parece interesar. Asi que decidieron formar su Compañìa.
Ahora fuimos testigos del fruto surgido de esa semilla original que brotò sana y empieza a germinar. Este es uno de esos frutos frescos y recien nacidos. Una flor que se convirtiò en fruto sabroso y comestible. Lo quisieron y lo hicieron. Ya tenìan cantantes. Faltaba una orquesta. ¿Algùn problema? Dicen que problema que no tiene soluciòn no es problema. Hicieron la orquesta. Una autèntica orquesta barroca. Ya tenìan cantantes, director musical, cantantes. Faltaba un lugar donde presentarse. Lo consiguieron. Tambien necesitaban quien dirigiera la escena. ¿Què problema hay? Ninguno. Las partituras. El vestuario. El maquillaje. La utileria. La tramoya. Todos los obstàculos fueron saltados. Todas las barreras superadas. Ellos solos se organizaron. ¿Porqué no?
Y el dìa de ayer, sàbado 18 de mayo de 2013, la òpera RINALDO de Haendel, en tres actos, libreto de Giacomo Rossi, inspirado en el poema èpico "Gerusalem Liberata" de Torcuato Tasso, estrenada en Londres en 1711, subiò a la escena trescientos años despuès, gracias al trabajo y al entusiamo de este grupo de jovenes.
Y el espectàculo fue en serio. Con la producciòn general de Yreh Morales, que ademàs cantò el papel de Argante, para desmentir a los càndidos que se puede dirigir y cantar al mismo tiempo, la producciòn ejecutiva de Javier Ghiaurov, contratenor que esta vez no cantò, la direcciòn musical del joven Marcos Escalante, la direcciòn de escena de Araceli Nuñez Aldana, una orquesta con violines, violas, viola da gamba,violonchelos, flauta, oboe, trompetas, timbales, guitarra barroca, clavecin. Acrobatas, iluminaciòn, vestuario.
El elenco que escuchamos y vimos: Rinaldo, Edwin Calderòn, contratenor, Almirena, Valeria Farrera, mezzosoprano, Armida, Martha Llamas, soprano, Argante, Yreh Morales, bajo-barìtono, Eustazio, Èrik Pèrez, contratenor, offredo, Edgar Domínguez, contratenor, Mago, Italo Greco, contratenor, Heraldo, Humberto Alarcòn, tenor, Jinn, dragòn, oficial, Luis Felipe Olvera, Jinn, oficial, Jesùs Medina, Aya y sirena, Virgilia Àlvarez, soprano y Sirena, Irene Rodriguez Rivera, soprano.
La mùsica maravillosa de Haendel, las arias dificilìsimas llenas de adornos, coloraturas, agilidades, la acciòn dramatica de esa historia medieval de cruzados, amores, magia, batallas entre cristianos y musalmanes, se presentan ante nuestros ojos y ante nuestros oìdos con gran dignidad y profesionalismo.
Pueden constatarlo por ustedes mismos. Habrà otra funciòn el pròximo domingo en el mismo lugar. Colegio Sara Alarcòn, Lago Alberto 291, colonia Granada, a las 17 horas, 5 de la tarde.
Una realidad de la cual nos alegramos haber sido testigos. Hubo ópera. ¿Porquè no podrìa haberla?

miércoles, 22 de mayo de 2013

UN RECUERDO PERSONAL WAGNERIANO 45 AÑOS DESPUES.

BICENTENARIO DE RICARDO WAGNER. 22 DE MAYO DE 2013.

A los 19 años ya estaba totalmente inoculado en mi el virus wagneriano. Desde que me topara de frente con su música espectacular e inabarcable, envolvente y mágica, hipnotizante y enervante, escuchando un disco de mi papá de la colección llamada "La mejor música del mundo" de un álbum de LPs que aun conservo, decidí, ingenuidad cándida de adolescente, que debía escuchar toda la música que había compuesto ese embaucador de emociones. Fue la obertura de "TANNHAUSER" con la música de Venusberg la que me sedujo de golpe. Nunca había escuchado nada semejante. Ni siquiera algo parecido o cercano a ese sonido arrasador y emotivo. Emocionante y adictivo te envolvía en oleadas marinas o terremotos disfrutables. Era gozo y placer, si, pero también angustia y misterio. Wagner me ponía en órbita. Alucinante estado de recreación adictiva. Una droga, nunca he probado ninguna, era lo que esa música lograba producir en mi. Tendría entonces 15 o 16 años. Esa edad en que el niño crece y se acerca al hombre pleno todavía atisbado y lejano.

Terminada ya la preparatoria lasallista en 1966 ese año entre a estudiar la profesión de abogado en le Escuela Libre de Derecho ubicada en la calle de Basilio Badillo en pleno centro de la ciudad. La Alameda central, la Avenida Juárez. Como los horarios de clases, a las primeras horas de la mañana y las postreras de la tarde-noche nos dejaban casi todo el día libre yo aprovechaba el tiempo sobrante no para estudiar mis materias jurídicas sino para recorrer el centro de la ciudad entonces todavía fácilmente transitable a pie. Con transito moderado, sin ejes viales ni Metro. La ciudad era maravillosa y repleta de misterios y enigmas fascinantes. A pie podía recorrerse toda sin peligros ni limitaciones. O en rutas de camiones que te llevaban rápido a todas partes. De la ELD nos íbamos al viejo edificio de Mascarones de la UNAM a vocalizar con el maestro de canto Enrique Jaso Mendoza.

Gustaba de ir a las bibliotecas públicas a leer y buscar libros que solo ahí podían conseguirse. Me encantaban sobre todo la de la Academia de San Carlos en la calle de su nombre y Moneda y la Biblioteca Nacional situada en la calle de Uruguay en la antigua iglesia de San Agustín. Allí quería leer todos los libros que hablaran de Wagner.

Y ahora que me proponía escribir este texto en honor de mi querido compositor favorito, dicen que a Wagner se le ama o se le odia con igual pasión morbosa, recordé algo que había escrito en ese recinto del saber y guardado en un libro que me encontrara en una librería de viejo con las óperas del compositor titulado "LIBRETTOS of the WAGNER ÔPERAS" publicado en 1938 donde todavía puedo encontrar algunos recortes de periódico que hablan de Wagner o de temas wagnerianos. Allí me volví a encontrar con un manuscrito de letra garigoleada que escribí en ese templo-biblioteca. Esta fechado el martes 14 de mayo de 1968. Transcribo algunos párrafos de lo que escribió ese joven que soy yo hace ya la friolera de 45 años atrás:

"En la Biblioteca Nacional, frente a la estatua de Virgilio...espero que me traigan los libros que solicitè. Pasan unos minutos de las 10 de la mañana. En la primera página del libro "RICCARDO WAGNER", saggio biogràfico crìtico de Gioachino Marsillach Leonardt, se reproduce una de las mejores fotografías que conozco del genio de Leipzig; con una personalidad arrolladora, fantástica, el músico se asemeja en su magnetismo cósmico a una de esas figuras que inmortalizara; la grandiosidad de Rienzi, la sensualidad de Tanhausser, el pagano arrepentido, el misticismo de Lohengrin o la pureza de Parsifal, la furia de padre amoroso de Wotan y el heroísmo de Sigfrido se conjugan en su figura serena. (...) Recuerdo que cuando conocí su música como no tapé mis oídos, ni me amarré en el mástil, el canto voluptuoso, dulce y sensual (infinitamente sensual) de las sirenas,me atrajo y me sedujo como Venus al peregrino de Walsburg. Y desde entonces empecé a adentrarme en el mundo wagneriano, fui penetrando en él como aquel que entrara en un lugar desconocido de belleza indescifrable, donde a cada paso se se topara con cosas nuevas y maravillosas, donde a cada lugar que volviese la vista disfrutase de contemplaciones místicas y de éxtasis deliciosos de placer estético, de ilusión y fantasía en un mundo nuevo de un encanto poético sobrehumano."

Hoy el mundo celebra el Bicentenario de Ricardo Wagner, poeta y músico que nos marcó para toda la vida.

martes, 21 de mayo de 2013

Respuesta a Manuel Yrízar y al director de la Ópera de Bellas Artes, no Ramón Vargas

En la extensa respuesta de Ramón Vargas a los cuestionamientos sobre su proyecto (aceptando, sin conceder, que haya alguno) vertidos en esta página por un servidor tanto como por Mauricio Rábago Palafox hay una serie de elementos a considerar que ameritan ser expuestos y evaluados. Y una parte considerable de lo sucedido tiene que ver con Manuel Yrízar, colaborador nuestro. Vayamos por partes.

Una parte importante de lo sucedido y publicado por Vargas está relacionado con nuestro amigo Yrízar. Todo empezó por iniciativa suya, y una parte de la polémica se dio en redes sociales, en Facebook, cuando Yrízar publicó, motu proprio, la carta de Vargas en mi muro y en el de otras personas, entre ellas José Noé Mercado, periodista de El Financiero. Con una falta de ética absoluta, y confirmando el dictum de "si quieres que todo mundo se entere, dícelo a Manolito", divulga una comunicación privada que se supone era para mí y sólo para mí. Yrízar afirma que el flamante director de la Ópera de Bellas Artes se enteró de mis críticas porque estas aparecieron en este blog, y que desde Europa Vargas las leyó en un acto de libre lectura. Miente. Sabido es la amistad que Yrízar tiene con Vargas "desde hace treinta años". Nadie cuestiona una amistad, que debe ser sagrada hasta donde lo permitan las circunstancias; lo que se cuestiona es su proceder. La carta viene dirigida a él, como remitente original, aunque el destinatario final sea un servidor. Ello significa que Vargas supo de la nota por su amigo del alma. Nada hay de malo aparentemente en eso, pero sí lo hay. Si Vargas leyó mi diatriba en su contra me hubiera contestado directamente en los comentarios de la entrada, tal y como hizo Enrique Bátiz en su momento. Pudo haberme contactado y enviarme por Mail su larga perorata. Pero no lo hizo. Uno puede imaginar a nuestro dilecto colega amarrando navajas con Vargas, como dos viejas chismosas (o viejos, por aquello de la discriminación positiva), en e-mails, con frases del tipo "Mira, Ramón, lo que dicen de ti. Tienes que responder a los infundios y defender tu honor". Lo que se le olvida a nuestro colega es que él es un periodista, o debería serlo, y actuar con la ética profesional que se espera de él. También se le olvida, tanto como a Ramón Vargas, que él ya no es un ser independiente sino un funcionario público a quien se le puede y se le debe criticar y exigir cuentas de su proyecto. Ya volveré a este lamentable punto. De modo que Yrízar no sólo no se atreve a defender en esta página a su amigo, porque sabe que se verá muy mal, sino que lo hace en Facebook, donde el tiempo hace irrecuperable cualquier comentario; no sólo eso. Como el Yago mencionado por Vargas, se mueve tras bambalinas y cree que saldrá impune. Craso error. Las huellas de su proceder lo delatan en la carta de su amigo, al dirigirle la misiva a él en lugar de a mí. ¿Cree acaso nuestro colega que no sé leer entre líneas? Su falta de ética no termina allí, como he señalado, sino que en el colmo de la inconsciencia, publica un documento privado como si él tuviera ese derecho y lo divulga y reparte como estampas coleccionables. Y después, en FB, escurre el bulto diciendo que él no tuvo nada que ver en esa carta. Allí están las evidencias, y son indiscutibles, incuestionables. No, estimado colega, tu proceder deja mucho que desear, y te muestra como un mal conspirador. Finalmente, tocayo, nadie cuestiona tu larga amistad con Ramón Vargas. Lo que te pone en entredicho es tu proceder carente de ética. Sé que te molesta que se hagan (yo en lo particular) cuestionamientos a tu gran amigo, y debe dolerte el lenguaje que utilizo. Pero yo no busco chambas ni chayotes, como muchos otros que ambos conocemos, con chantajes. Digo las cosas de manera directa y sin ambages. Te aliento a que defiendas el honor virginal de tu héroe con argumentos y no con defensas personales y sepulcros blanqueados.

En el otro extremo se encuentra Ramón Vargas, cuya extensa y ridícula perorata en mi contra lo exhibe de cuerpo entero como un recién llegado, un aficionado no muy distinto que Yrízar, y cuyo lenguaje lo evidencia como alguien totalmente falto de experiencia para el debate tanto como para el cargo que le fue conferido. En efecto, quien me contesta es un tal Ramón Vargas, desde Múnich, y en su respuesta, disfrazada, se percibe el enojo y la frustración, ambas justificadas. Me responde directamente, y hace mofa de mí y mis palabras. Pero el que debió haber respondido es el flamante director de la Ópera de Bellas Artes, quien, como se sabe, y se nota en la carta de Ramón Vargas, está ausente. Es a esa persona a la que van dirigidas todas las críticas que en este blog se han vertido, y es ella quien debió haber respondido, con un lenguaje apropiado, oficial. Si al ser cuestionado el gran Salvador de la ópera nacional no es capaz de responder en su calidad de funcionario público, podemos asumir que no tiene idea de que el cantante, el ser humano, importa un bledo en esta discusión. Él es un funcionario que debe moverse por cauces oficiales, públicos, no por comunicaciones privadas donde muestra la zalea y su incapacidad para hablar de su proyecto, de sus metas y metodologías, de los pasos a seguir. Él es, o debería ser, quien apague incendios, no quien los provoque. Él es, o debería ser, quien atienda las demandas de quienes lo cuestionan, sin importar el lenguaje y tono con que se dirijan a Su Alteza Serenísima. Él es, o debería ser, quien sepa juzgar y no dejarse llevar por los sabios consejos de un nuevo Tiresias. En fin, él es quien debería abrir puertas, convocatorias, audiciones, de manera oficial, en vez de cancelarlas porque según Ramón Vargas, no el director de la Ópera de Bellas Artes en el exilio, no hubo respuesta suficiente (¿suficiente para quién?) de cantantes mexicanos. Es él, el director de la Ópera de Bellas Artes, quien debería estar en México, no Ramón Vargas, quien, como su amigo Manuel Yrízar, sólo escurre el bulto en comunicaciones privadas divulgadas por su conspirador amigocho del alma. Un verdadero director de la Ópera de Bellas Artes tendría mucho trabajo en su país y tendría reuniones con todo mundo, en vez de salirse por la tangente con sus cuates del alma, que ya se repartieron parte del pastel en su ausencia. De eso, como de todas las críticas aquí vertidas, no ha dicho nada. Tal vez porque no se ha enterado del berenjenal que le aguarda. Lo sabría si estuviera. En su lugar un tal Ramón Vargas anda haciendo desfiguros, guiado por un Tiresias que no ata ni desata.

¿Cuándo responderá el director de la Ópera de Bellas Artes a todas las críticas que se le han hecho con seriedad y profesionalismo? Tal vez nunca. Y es que para sus amigos, como nuestro colega Manuel Yrízar, Vargas es como ese padre ausente del que le han hablado tanto al pobre huérfano, y cuando a lo lejos se lo señalan diciéndole que ése es su padre, el niño, apenas conteniendo la emoción comienza a llorar mientras piensa en voz alta, o se lo dice su madre, "ahora todo va a ser mejor". Así está la cosa.

Ojalá llegue pronto el director de la Ópera de Bellas Artes, tal vez de algo se entere, y pueda empezar a trabajar.

lunes, 20 de mayo de 2013

Respuesta a Ramón Vargas de José Manuel Recillas

Estimado señor Ramón Vargas: en atención a la extensa respuesta a las críticas en este espacio vertidas por su nombramiento como director de la Ópera de Bellas Artes, le responderé de la manera más breve posible.

Primero, sepa que nos honra se haya tomado la molestia de leernos y de contestarnos puntualmente. Tan extensa respuesta denota su preocupación por lo que sucede en la ópera de nuestro país, misma que muchos compartimos desde distintas trincheras. No está en mi interés hacer propuestas para mejorarla. Mi labor es la de un observador crítico que, con memoria histórica de lo ocurrido los últimos treinta o más años, sabe que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones, en el mejor de los casos.

Debo agregar que su extensa respuesta no parece adecuada a la de un servidor público ni en sus modos ni en la forma, y en dicho sentido es bastante sintomática y dice mucho más de su inexperiencia en cargos públicos que todo el sospechosismo por mí imaginado. Ya por ahí, maestro Ramón Vargas, puede uno ir leyendo entre líneas muchas más cosas de las que se ven distraídamente en su respuesta, que de paso no sigue los canales adecuados que sus jefes podrían esperar. Y asumo que pensó largamente su respuesta.

Que usted se tome la molestia de contestar a quien esto escribe también habla de que, aunque me ningunee y desautorice, me otorga una autoridad que otros, más sabios que yo y que aquí mismo y en otros medios le han dedicado una parte de su reflexión, no han merecido de su parte. No responderé cada línea de su misiva, sería una labor de nunca acabar. Sólo le diré lo que ya en redes sociales he dicho y por tanto es del conocimiento público.

Yo no deseo que su gestión al frente de la ópera de Bellas Artes fracase, y dudo que mis otros colegas lo deseen. Espero que en cinco años la razón histórica esté de su lado y yo me haya equivocado de principio a fin. Nada me dará más gusto que eso. Usted comprenderá, maestro Ramón Vargas, que es entendible tener sospechas cuando la musa llamada Clio nos ha enseñado a lo largo de los años a no irnos con la finta. 

Sepa usted, por otra parte, que le deseo lo mejor en su gestión en esta etapa de su vida, pero no espere de mí un aplauso ni felicitación alguna si sale avante y triunfante. No soy un cliquero de poca monta mi busco privilegios de ninguna especie. Si triunfa y la ópera en México mejora, sepa que para eso lo trajeron. No espere de mí aplausos. Si falla, usted sólo será, como dice una canción, otro más que muerde el polvo. Pero sépalo bien, no le deseo fracaso alguno. Mi suspicacia no es por ser usted un triunfador, sólo es conciencia histórica, dialéctica. No sé si usted la tenga. Ojalá sí.

Que otros le aplaudan. A algunos nos toca vigilar. ¡Suerte, matador!

Derecho de réplica de Ramón Vargas a José Manuel Recillas


lunes, 13 de mayo de 2013

MARIA GULEGHINA: VOZ Y PASIÓN EN BELLAS ARTES.


Vestida de azul eléctrico, electrizante, hace su entrada la soprano rusa-ucraniana María Guleghina. Electriza también su voz cálida, potente, poderosa, desde el primer ataque. El teatro de Bellas Artes se llena de una nueva y distinta intensidad. "Ritorna vincitor¡". Con esta frase de la ópera "AÍDA" de Giuseppe Verdi, donde la princesa etíope desea a su amado egipcio, Radamés ,que vuelva triunfador de la guerra que lo tiene como comandante supremo, aún contra si misma. pues es contra su padre y su pueblo esa guerra a muerte. Hay una energía física palpable, algo que se materializa en el espacio del templo sonoro, que llega con precisión al centro de la emoción. Solo la voz humana es el instrumento que nos llega de esa manera porque es nuestra propia voz interna la que canta. El canto operático, ese que une indisolublemente poesía y música, posee la virtud concedida a Orfeo de abrir las puertas del infierno dejando inmóviles a los demonios que nos permiten el paso.

Cuando escuchamos una voz especial, diferente, única, quisiéramos adivinar, descubrir, saber, conocer, de que esta construida. Atentos a ese sonido afinamos el oído y nuestra mente empieza a resolver logaritmos, ecuaciones, enigmas, tratando de entrar en su esencia. Entrenados durante décadas a realizar ese ejercicio solo contadas veces lo hacemos ejercitándonos a fondo. Es cuando un artista, precedido de la fama de su carrera internacional, del descubrimiento de un fenómeno diferente, nos pone desde antes en esa disyuntiva. María Guleghina se presentaba en el "29 FESTIVAL DE MÉXICO EN EL CENTRO HISTÓRICO" que ella inauguraba. Otra soprano había sido anunciada antes que ella y más interés despertaba este cambio inesperado, esta sustitución. Algunos amigos me llamaron preguntándome si era cierto que se presentaría "una de las mejores sopranos del mundo" en el teatro de Bellas Artes. Pregunta que no creo que nadie pueda responder. El jueves fue su presentación a la que no asistimos pues ya teníamos agendado escucharla el domingo. Buenos comentarios nos llegaron de ese debut. "Es una voz con la técnica antigua, clásica, que hace mucho no escuchamos." "Es un cañón, un vozarrón impresionante." Así opinaban algunos cantantes amigos y conocedores. La expectación suscitada hacía más interesante el suceso.Eso es lo que hace que la ópera genere pasiones como solo ella lo logra.Todos los que escuchamos a María Guleghina tenemos nuestra opinión. Única, diferente, irrepetible. Ésta es la mía.



El programa elegido para la presentación de la Guleghina, dedicado a Verdi en su totalidad por su Bicentenario, es todo un examen profesional que nos permite tener una idea de esa VOZ. Y por supuesto que sale aprobada. Ya cada uno de los sinodales pondrá la calificación. La voz cantante es tan solo aire. Expelida hacia el exterior desde las minúsculas cuerdas vocales que vibran como cualquier instrumento de cuerdas o aliento ese aire, hay que recordar que al canto solista en ópera se le denomina Aria, apoyado en los resonadores, que son todos los huesos de la cara, y realmente todo el cuerpo, la voz tiene que dominarse a base de años de ejercitarla, eso es lo que llamamos técnica vocal, para lograr esas hazañas prodigiosas que llenan teatros, estadios, plazas públicas. Pero eso es otro asunto. María Guleghina tiene un absoluto control de su instrumento. De color personal, oscuro y brillante, con brillo más cercano al acero o a la plata que al oro, acerada y metálica, refulge con enorme poder y potencia. Es una voz fuerte. Su fortaleza no obstante permite a su dueña colorearla y matizarla en una paleta múltiple. variada, que nos lleva al control de la emisión dependiendo del texto y el contexto. Un fraseo amplio, largo, elegante, prolongado, sostenido en un fiato (control del aire) impresionante. Además, su personalidad seria y magnética, no exenta de guiños de simpatía, hacen de esta soprano dramática una artista cotizada en los teatros más importantes del mundo.

Enrique Patrón de Rueda, director concertador del concierto, se muestra fascinado con esta cantante y pone todo su arte y experiencia al servicio de esa voz. La ayuda, la apoya, canta con ella, la cuida, se pone a trabajar a la orquesta y al coro para que sigan, acompañen, armonicen, a esa voz. Su experiencia dirigiendo cantantes queda de manifiesto. Es algo que ama y comparte.

No siempre respondieron a sus indicaciones una orquesta y un coro acéfalos, no tienen un director titular desde hace muchos años, no atraviesan por sus mejores momentos. Creemos que requieren ya un cuidado espacial y un trabajo riguroso para subir su nivel a la altura de los circunstancias y requerimientos actuales. Profesionales de base del INBA ambas importantes instituciones añejas y muy queridas necesitan recibir la atención de las autoridades entrantes para recobrar la calidad y la dignidad que poseen y que tanto necesitamos. No pondré el dedo en las imperfecciones y carencias detectadas pero la armonía y homogeneidad que han logrado tener ahora brillaron por su ausencia.

Muchas expectativas se han manifestado en las redes sociales por el cambio de administración de la OBA. Así la empiezan a llamar ya, con esas siglas, ÓPERA DE BELLAS ARTES, que encabeza el tenor mexicano Ramón Vargas, como nuevo Director artístico, cuyo nombre ya aparece como tal en el programa de mano de este concierto.

México D.F. a 13 de mayo de 2013.  



martes, 7 de mayo de 2013

Ramón Vargas Director de la OBA


Ramón Vargas Director de la OBA
Mauricio Rábago Palafox

Con el nombramiento de Ramón Vargas como Director artístico de la Ópera de Bellas Artes, (OBA) se pretende crear una "nueva época" de la ópera nacional, así lo dice el boletín de prensa número 363, del 23 de abril de 2013 INBA / CONACULTA. Muchas preguntas surgen a partir de la escueta exposición del documento donde se afirma que “para cumplir con su nueva tarea, la Ópera de Bellas Artes tendrá una Dirección Artística del más alto nivel, a cargo del prestigiado tenor Ramón Vargas” su valía como cantante es innegable, pero, ¿esto lo convierte automáticamente en un director artístico del más alto nivel? Ya vimos la Gala Verdi que diseñó el mes pasado; un tabique de tres horas sin pies ni cabeza y muy lamentable en términos generales. Además, habrá en el nuevo proyecto tres cantantes activos: el ya mencionado Vargas, Jesús Suáste (coordinador artístico) y Octavio Arévalo  (subdirector artístico), puestos no muy bien definidos,  todos cocinando el mismo pastel ¿tal es la fórmula del éxito del nuevo proyecto? 

Con este nombramiento, Vargas ya no será un artista invitado, sino un funcionario público, con obligación de rendición de cuentas, declaración patrimonial, proporcionar datos al IFAI, justificar sus decisiones ante aquéllos que lo requieran mediante oficio, como corresponde a un servidor público. Como director artístico de la OBA, Vargas ¿se podrá autoinvitar? no lo creemos pero si así fuera, ¿quién determinará el monto de sus honorarios? lo mismo ocurrirá, hay que decirlo, con Arévalo y Suaste.

En ese boletín se anuncia la creación del Estudio de Ópera Bellas Artes, dedicado al desarrollo profesional de jóvenes cantantes” (Eso ya lo hace el SIVAM hace décadas con sobresalientes resultados) y el documento añade: “además de que obtengan la experiencia artística necesaria mediante su participación en los elencos de las óperas estatales” pero ¿cuál es el proyecto de ese Estudio de Ópera? Y sobre todo cómo reaccionarán los teatros y el público de los estados a la pretensión de que los jóvenes cantantes se fogueen con ellos y regresen ya bien formados a Bellas Artes? Nos parece una falta de respeto. Los estados no merecen eso, hace tiempo se supero la vieja costumbre mediante la cual el DF le receta  paternalmente las propuestas artísticas a "la provincia", además varios teatros están haciendo ópera de un nivel muy digno.

Y lo que muchos se preguntan: ¿Qué pasará con los cantantes y directores que no son del grupo de los incondicionales de Vargas -como lo es su alumna Joanna Paris- y que tampoco puedan, por su edad, ser participantes del Estudio de Ópera? No tendrán cabida en los planes de esta nueva etapa.

Hasta hace poco Ramón Vargas era la voz crítica más autorizada que ha tenido el proyecto operístico del INBA en los últimos años. Indudablemente al nombrarlo director artístico de la OBA se le acalla ¡Jugada maestra!

Obviamente Ramón Vargas, Octavio Arévalo y Jesús Suaste, cantantes activos, continuarán trabajando aquí y en el extranjero. ¿Estas funciones les permitirán atender las necesidades de la OBA? ¿Cuánto tiempo dedicarán a una tarea tan demandante, especialmente en esta "nueva época", en la que no se trata no sólo de marcar una dirección certera, sino de crear un proyecto nuevo, de manera integral?

Los grandes problemas que ha tenido la ópera han sido señalados en repetidas ocasiones por Vargas: presupuesto suficiente y oportuno, tiempo para ensayos y funciones en la apretada agenda del Teatro de Bellas Artes, condiciones de las diferentes secciones sindicales del INBA -grupos artístico, administrativos y técnicos- que resultan adversas a la consecución de resultados favorables del proyecto operístico. Nada de esto se resuelve cambiando al titular de la OBA. Si tiene arreglo, ¿por qué no se hizo antes? Vargas tendría condiciones muy favorables, -una gran ventaja que no tuvieron sus antecesores- el no arreglar esas cosas llevaron al profundo deterioro actual del proyecto operísitico del INBA.  

Pronosticamos que el trabajo lo harán Octavio Sosa y Jaime Ruiz Lobera, funcionarios de probada efectividad y gran experiencia, parte ya del nuevo del equipo, a la sombra de los tres cantantes colocados ahí en situación de conflicto de intereses, quienes tratarán de jalar agua a su molino, y eso sí, cobrarán puntualmente su quincena.

Vargas ha probado a lo largo de treinta años su altísimo valor como cantante, pero no lo ha hecho en el campo de la dirección administrativa. ¿Qué movió al INBA / CONACULTA para que lo contrataran sin una trayectoria que lo avale en ese sentido?