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lunes, 28 de mayo de 2012

Ópera "DON GIL DE ALCALÁ" de Penella.


"DON GIL DE ALCALÁ" de Manuel Penella. Por Manuel Yrízar


¡Ópera divertida, buena puesta ¡


Todo un éxito artístico, musical y actoral, tuvimos la suerte de presenciar en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque en Chapultepec, Polanco, de la bella ópera del español Manuel Penella "DON GIL DE ALCALÁ" estrenada en Barcelona en 1932 por dos grupos artísticos de Bellas Artes que demostraron lo bien que pueden hacerse las cosas cuando el trabajo serio, la disciplina y el talento de los artistas participantes se ponen a la orden de la obra representada: el grupo SOLISTAS ENSAMBLE y la ORQUESTA DE CÁMARA DE BELLAS ARTES.
Esta ópera de cámara que requiere para su ejecución una orquesta de cuerdas reforzada por arpa es una verdadera delicia. La música del compositor español, inspirada y rica, sencilla aparentemente pero de dificultades por su carácter mestizo, español y novohispano pero compuesta por un autor del siglo XX, reúne en si todas las características de estilo y ritmo de una ópera ligera con aspectos cómicos y sumamente agradables y placenteros. Alguien ha dicho que es más fácil hacer llorar que reír y nosotros pensamos que hacer gozar y sonreír lo es aún más dificultoso. En el caso que nos ocupa debemos decir que se conjuntaron tres fuerzas para lograr un objetivo común: las direcciones musical de la orquesta y los cantantes así como la parte escénica. Tres artistas serios y talentosos se juntaron en el común acuerdo de servir a la música: los maestros José Luis Castillo, Xavier Rives, y el actor y director teatral Horacio Almada.
En el foso de la orquesta disfrutamos de un José Luis Castillo inspirado y dueño del estilo de esta música que lleva en la sangre y en la pasión por partida doble: hispano-mexicano que, como tantos intelectuales y gente emprendedora, han dejado su huella en las instituciones culturales de nuestro país, recordemos la riqueza de los que llamara José Gaos los transterrados que aquí dejaron su impronta sabia y enriquecedora. Con mano sutil y exquisita y sentimiento no disimulado, buen gusto, cuidadoso trabajo del matiz y la concertación, lectura inteligente y cálida de la hermosa partitura; la intimidad de la sala pequeña lo probó a resolver las dificultades del balance entre foso y escena. Xavier Rives ha logrado con su trabajo con los coros que dirige subir en alto grado el nivel artístico de las voces y los conjuntos puestos bajo su cuidado. En este caso la selección de las voces y las características de los personajes fueron acertadas. El carácter singular de cada uno de los solistas sacó partido del papel encomendado dotándolos de gracia, simpatía y verosimilitud. Horacio Almada aprovecho el espacio reducido del escenario con elementos escenográficos sencillos pero efectivos, atractivos y fáciles de realizar los cambios de escena y el manejo de los actores fue dinámico y ágil. Las entradas y salidas fueron expeditas. El tránsito y la composición de cuadros de bella factura. Bien iluminada la escena y cuidados los detalles finos.
Verdadera compañía de ópera, que ya ha demostrado su trabajo y valía en otros trabajos operáticos SOLISTAS ENSAMBLE cuenta con una plata profesional de cantantes de primer nivel que lo mismo aborda obras corales que son capaces a la vez de participar con éxito y profesionalismo en papeles solistas. En esta ocasión los papeles principales estuvieron a cargo de Gerardo Reynoso como Don Gil de Alcalá. Ganador del Concurso Morelli este tenor de bello y pleno timbre lírico, voz hermosa, bien dominada en el aspecto técnico, ha madurado como artista y su instrumento se ha consolidado. Ya ha pisado el teatro grande y su desempeño siempre es profesional. Violeta Dávalos es una gran artista y en su personaje de Niña Estrella se ve bella de voz y presencia. Destaca mucho la pareja cómica de Mauricio Esquivel, Chamaco y Zaira Ruiz, Maya, que son los personajes nativos, “mexicanos”, de la ópera. No solo cantan sino bailan y divierten al público con su simpatía. Lo mismo hace Mario Hoyos, tenor experimentado, veterano de la escena operática nacional, siempre destacado y profesional, en su papel del Gobernador. Ricardo Galindo, como Don Diego, lleva la parte difícil del enamorado no correspondido Don Diego. Otros artistas como Graciela Díaz, Abadesa, Sergio Meneses, Virrey, Iván Juárez, Magistral, y todos los demás cantantes de esta compañía de cantantes solistas hacen un magnífico papel como comprimarios y coro.
Felicitamos y saludamos este esfuerzo. Con ello queda demostrado que sí se puede hacer ópera en México de calidad y profesionalismo cuando se reúnen líderes que saben dirigir y presentar resultados satisfactorios. Salimos contentos y satisfechos tarareando las bellas melodías. Bien por nuestro querido Instituto Nacional de Bellas Artes.


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