"DON GIL DE ALCALÁ" de Manuel Penella. Por Manuel Yrízar
¡Ópera divertida, buena puesta ¡
Todo
un éxito artístico, musical y actoral, tuvimos la suerte de presenciar en el
Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque en Chapultepec, Polanco, de la
bella ópera del español Manuel Penella "DON GIL DE ALCALÁ" estrenada
en Barcelona en 1932 por dos grupos artísticos de Bellas Artes que demostraron
lo bien que pueden hacerse las cosas cuando el trabajo serio, la disciplina y
el talento de los artistas participantes se ponen a la orden de la obra
representada: el grupo SOLISTAS ENSAMBLE y la ORQUESTA DE CÁMARA DE
BELLAS ARTES.
Esta
ópera de cámara que requiere para su ejecución una orquesta de cuerdas
reforzada por arpa es una verdadera delicia. La música del compositor español,
inspirada y rica, sencilla aparentemente pero de dificultades por su carácter
mestizo, español y novohispano pero compuesta por un autor del siglo XX,
reúne en si todas las características de estilo y ritmo de una ópera ligera con
aspectos cómicos y sumamente agradables y placenteros. Alguien ha dicho que es
más fácil hacer llorar que reír y nosotros pensamos que hacer gozar y sonreír
lo es aún más dificultoso. En el caso que nos ocupa debemos decir que se
conjuntaron tres fuerzas para lograr un objetivo común: las direcciones musical
de la orquesta y los cantantes así como la parte escénica. Tres artistas serios
y talentosos se juntaron en el común acuerdo de servir a la música: los
maestros José Luis Castillo, Xavier Rives, y el actor y director teatral
Horacio Almada.
En
el foso de la orquesta disfrutamos de un José Luis Castillo inspirado y dueño
del estilo de esta música que lleva en la sangre y en la pasión por partida
doble: hispano-mexicano que, como tantos intelectuales y gente emprendedora,
han dejado su huella en las instituciones culturales de nuestro país,
recordemos la riqueza de los que llamara José Gaos los transterrados que
aquí dejaron su impronta sabia y enriquecedora. Con mano sutil y exquisita y
sentimiento no disimulado, buen gusto, cuidadoso trabajo del matiz y la
concertación, lectura inteligente y cálida de la hermosa partitura; la
intimidad de la sala pequeña lo probó a resolver las dificultades del balance
entre foso y escena. Xavier Rives ha logrado con su trabajo con los coros que
dirige subir en alto grado el nivel artístico de las voces y los conjuntos
puestos bajo su cuidado. En este caso la selección de las voces y las características
de los personajes fueron acertadas. El carácter singular de cada uno de los
solistas sacó partido del papel encomendado dotándolos de gracia, simpatía y
verosimilitud. Horacio Almada aprovecho el espacio reducido del escenario con
elementos escenográficos sencillos pero efectivos, atractivos y fáciles de
realizar los cambios de escena y el manejo de los actores fue dinámico y ágil.
Las entradas y salidas fueron expeditas. El tránsito y la composición de
cuadros de bella factura. Bien iluminada la escena y cuidados los detalles
finos.
Verdadera
compañía de ópera, que ya ha demostrado su trabajo y valía en otros trabajos
operáticos SOLISTAS ENSAMBLE cuenta con una plata profesional de cantantes de
primer nivel que lo mismo aborda obras corales que son capaces a la vez de
participar con éxito y profesionalismo en papeles solistas. En esta ocasión los
papeles principales estuvieron a cargo de Gerardo Reynoso como Don Gil de Alcalá.
Ganador del Concurso Morelli este tenor de bello y pleno timbre lírico, voz
hermosa, bien dominada en el aspecto técnico, ha madurado como artista y su
instrumento se ha consolidado. Ya ha pisado el teatro grande y su desempeño
siempre es profesional. Violeta Dávalos es una gran artista y en su personaje
de Niña Estrella se ve bella de voz y presencia. Destaca mucho la pareja cómica
de Mauricio Esquivel, Chamaco y Zaira Ruiz, Maya, que son los personajes
nativos, “mexicanos”, de la ópera. No solo cantan sino bailan y divierten al público
con su simpatía. Lo mismo hace Mario Hoyos, tenor experimentado, veterano de la
escena operática nacional, siempre destacado y profesional, en su papel del Gobernador.
Ricardo Galindo, como Don Diego, lleva la parte difícil del enamorado no
correspondido Don Diego. Otros artistas como Graciela Díaz, Abadesa, Sergio
Meneses, Virrey, Iván Juárez, Magistral, y todos los demás cantantes de esta
compañía de cantantes solistas hacen un magnífico papel como comprimarios y
coro.
Felicitamos
y saludamos este esfuerzo. Con ello queda demostrado que sí se puede hacer ópera
en México de calidad y profesionalismo cuando se reúnen líderes que saben
dirigir y presentar resultados satisfactorios. Salimos contentos y satisfechos
tarareando las bellas melodías. Bien por nuestro querido Instituto Nacional de
Bellas Artes.
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