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lunes, 20 de mayo de 2013

Respuesta a Ramón Vargas de José Manuel Recillas

Estimado señor Ramón Vargas: en atención a la extensa respuesta a las críticas en este espacio vertidas por su nombramiento como director de la Ópera de Bellas Artes, le responderé de la manera más breve posible.

Primero, sepa que nos honra se haya tomado la molestia de leernos y de contestarnos puntualmente. Tan extensa respuesta denota su preocupación por lo que sucede en la ópera de nuestro país, misma que muchos compartimos desde distintas trincheras. No está en mi interés hacer propuestas para mejorarla. Mi labor es la de un observador crítico que, con memoria histórica de lo ocurrido los últimos treinta o más años, sabe que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones, en el mejor de los casos.

Debo agregar que su extensa respuesta no parece adecuada a la de un servidor público ni en sus modos ni en la forma, y en dicho sentido es bastante sintomática y dice mucho más de su inexperiencia en cargos públicos que todo el sospechosismo por mí imaginado. Ya por ahí, maestro Ramón Vargas, puede uno ir leyendo entre líneas muchas más cosas de las que se ven distraídamente en su respuesta, que de paso no sigue los canales adecuados que sus jefes podrían esperar. Y asumo que pensó largamente su respuesta.

Que usted se tome la molestia de contestar a quien esto escribe también habla de que, aunque me ningunee y desautorice, me otorga una autoridad que otros, más sabios que yo y que aquí mismo y en otros medios le han dedicado una parte de su reflexión, no han merecido de su parte. No responderé cada línea de su misiva, sería una labor de nunca acabar. Sólo le diré lo que ya en redes sociales he dicho y por tanto es del conocimiento público.

Yo no deseo que su gestión al frente de la ópera de Bellas Artes fracase, y dudo que mis otros colegas lo deseen. Espero que en cinco años la razón histórica esté de su lado y yo me haya equivocado de principio a fin. Nada me dará más gusto que eso. Usted comprenderá, maestro Ramón Vargas, que es entendible tener sospechas cuando la musa llamada Clio nos ha enseñado a lo largo de los años a no irnos con la finta. 

Sepa usted, por otra parte, que le deseo lo mejor en su gestión en esta etapa de su vida, pero no espere de mí un aplauso ni felicitación alguna si sale avante y triunfante. No soy un cliquero de poca monta mi busco privilegios de ninguna especie. Si triunfa y la ópera en México mejora, sepa que para eso lo trajeron. No espere de mí aplausos. Si falla, usted sólo será, como dice una canción, otro más que muerde el polvo. Pero sépalo bien, no le deseo fracaso alguno. Mi suspicacia no es por ser usted un triunfador, sólo es conciencia histórica, dialéctica. No sé si usted la tenga. Ojalá sí.

Que otros le aplaudan. A algunos nos toca vigilar. ¡Suerte, matador!

1 comentario:

  1. Ja ja ja ja, no le saque! No le saque! A hora resulta que no lo quería molestar... que le desea la felicidad pero no le aplaudirá. Es sabido lo "mano negra" que ha sido desde que se vio con celetti; y sus "ayudas desinteresadas" tipo pri combinadas con caimaneo. En la IP las acepta a quien le convenga, en el servicio público; son una total falta de ética. Así que a alinearse y por principio a darse cuenta que bellas artes maneja un presupuesto FEDERAL que por años no ha beneficiado a la FEDERACIÓN, solo a los turistas que visitan al más grande de los distritos federales (que los aeropuertos también son zonas federales). ¡ Saludo al crítico y a la afición!

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