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lunes, 25 de marzo de 2013

Una Pasión según Mateo de medio pelo en Bellas Artes


Se presentó en el Palacio de las Bellas Artes, con motivo de la Semana Mayor del catolicismo, la Pasión según san Mateo, de Johann Sebastian Bach (1685-1750). El “san” es cortesía del catolicismo, pues el título original de la obra en alemán es Matthäus-Passion, sin referencia a ninguna santidad, ni a la resurrección, que no ocurre realmente. Acudí al Palacio con expectativas muy bajas, sabedor de lo ya vivido en el pasado, pero ni así pudo la orquesta llenarla. Tal vez es tiempo de mandarlas a una mazmorra más profunda, como los viejos sótanos de la PGR, a ver si así pueden ser llenadas. 

La verdadera pasión escarlata estuvo en el Foro Sol


El repertorio de participantes de perfil internacional podría suponer un mejor resultado, pero al leer entre líneas sus perfiles en el programa de mano, se adivina que sin excepción, son todos artistas con muy escaso cartel, e integrantes de ciudades y orquestas de mega-medio pelo en Estados Unidos. Con excepción de las voces femeninas tanto en los coros (allí más bien apenitas) como en las partes solistas, y el caso del bajo de origen negro que interpretó a Poncio Pilatos (cuyo crédito no viene en el programa de mano), el resto del elenco brilló por su mediocridad e incluso deficiencias técnicas vocales. El pomposo Coro Bicultural es una engañifa fruto de la codicia o de la deshonestidad de sus promotores, pues a duras penas alcanza el nivel de un coro de aficionados. Cuando cantan fuerte, allí sí se les oye (nomás faltaba que no), pero cuando tienen que cantar en el registro medio o bajo, simplemente no se escuchan ni bajos ni tenores. El coro infantil, bien, considerando que son adolescentes y aficionados, pero no les auguro mucho futuro si aspiran a ser como el resto de sus pares. Los dos papeles más importantes, el del Evangelista y el de Jesús, fueron como de pesadilla interminable, y daban ganas de crucificar antes de tiempo al Jesús, mientras que el primero medio recuperó terreno en la segunda parte.

Lo peor de todo fue la dirección orquestal de Carlos Miguel Prieto, quien ni es especialista ni parece interesado en profundizar en el repertorio barroco. Su lectura de esta colosal obra fue apenas aceptable, de regular a mediocre lo calificaría. Se limitó a marcar los tiempos y las entradas, pero nunca fue capaz de dar una lectura en profundidad. Desde el poderoso y solemne inicio, se hizo evidente que Carlos Miguel Prieto nunca iba a poder con la tarea que le esperaba. Los oboes, muy bien en su empeño disonante, sin embargo la orquesta y coro naufragaban en la más absoluta mediocridad y autocomplacencia, la cual opacó todo esfuerzo de las maderas por brillar. El coro simplemente se perdía, sin matices ni hondura psicológica. Y si alguien piensa que podría haber una tabla de salvación, esa pudo haber sido el Erbarme dich, extraordinaria aria para soprano (o contratenor) y violín, aquí interpretado por Carla López-Speziale y Shari Mason, apenas salió a flote, sin hondura psicológica ni dramatismo alguno, como si se tratara de cualquier aria barroca, sin entender lo que la letra dice y lo que la música del violín debe transmitir. Aquí, por supuesto, la responsabilidad de Carlos Miguel Prieto es total, pues ni entiende qué dice la letra ni qué debe hacer el violín para hacer de esta aria el portento que es.

Y es que aquí el responsable de todo el numerito es Carlos Miguel Prieto, y sus intereses extra musicales, más bien laborales. Artista de una agencia estadounidense que maneja su agenda, no sólo debe cumplir con los compromisos que esta le consiga, sino con una cuota anual de contrataciones, y que él puede solventar con esta clase de conciertos, donde de un solo plumazo incluye solistas vocales e instrumentales y un coro. De allí que todas las fuerzas interpretativas de esta ocasión hayan sido de tan bajo nivel, tan decepcionantes. Sólo el público villamelón que asiste a Bellas Artes y se siente impulsado como por un invisible resorte en el asiento al final de cada función se levanta a aplaudir y ovacionar como posesos una interpretación más bien mediocre.

Si a Carlos Miguel Prieto verdaderamente le importara el aspecto artístico de su carrera, no nos ofrecería artistas de tan medio pelo. Buscaría promover el talento local, o mejorarlo, y no ofrecernos coros de papel maché como los que integran el más bien mediocre Coro Bicultural, que como dije es una engañifa institucional para venderle proyectos al INBA en colaboración con artistas igualmente codiciosos y con escasa ética profesional.

Ahora, a esperar la Pasión de Juan de Horacio Franco, él sí un especialista en repertorio barroco.

9 comentarios:

  1. Bueno José Manuel, aquí os dejo un "hermoso" ejemplo de lo que aquel especialista en repertorio barroco es capaz de ofrecer:

    http://youtu.be/sToIGvxQVi4

    Digo, para que a la mera hora no le vaya a dar a usted el patatús.
    Por cierto, si es usted logra ver todo el video, (claro con sonido, no se vale hacer trampa) definitivamente lo declararé mi héroe personal.

    Reciba un cordial Saludo.

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  2. Esto no parece crítica musical sino un fuerte reflejo de sus frustraciones personales.

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  3. No se puede esperar más de un crítico "de medio pelo".

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    1. Saúl: ¿Cuáles son las pruebas que aportas para decir que el señor Recillas es de medio pelo? Recuerda que el que acusa está obligado a probar.

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    2. Sólo para poner en perspectiva mi trayectoria como crítico e investigador, aquí les dejo un comentario (sólo uno de muchos más) de un amigo lector sobre un trabajo reciente:

      Leo deslumbrado el libro sobre Gottfried Benn, que tradujo mi amigo José Manuel Recillas, impresionante. No había tenido oportunidad, es una escritura que rompe con la métrica y la rima tradicionales para traernos el sentido intacto: es una reelaboración poética, además la introducción critica es espléndida. Veo toda la gama nietzscheana que tanto me gusta, en este poeta esencial. Dos tomos geniales. Neta que solo por el trabajo de investigación y análisis, vale la pena.

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    3. No dudo que el señor Recillas tenga una trayectoria destacable como escritor, traductor, etcétera. Sin embargo esta crítica me parece completamente exagerada, y contiene varios argumentos muy fuera de lugar, lo cual me hace cuestionar seriamente la autoridad que presume tener en cuanto a crítica musical.

      Esto según mi perspectiva, claro está. Un ejemplo que yo podría poner es el del Coro de Niños y Jóvenes de la ENM. Pienso que llamar a este grupo un conjunto de "adolescentes aficionados" sin algún futuro en la música puede deberse a dos razones: 1) Cero conocimiento/experiencia en cuanto a coros infantiles se refiere, o 2) cuestiones personales en contra del coro. Las dos razones me parecen inaceptables para aquel que se atreve a escribir tal cosa sobre el mejor coro de voces blancas que tiene México.

      Saludos cordiales.

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  4. ¡Qué barbaridad! Es demoledor tu artículo pero es exactamente como lo percibí yo también. Felicidades por contarlo sin pelos en la lengua. Desafortunadamente me salí furioso en el intermedio y no pude escuchar el Ehrbame. Para mi fue la Sin Pasión. Un saludo.

    Carlos Ariel Gracia Báez

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    1. Mi querido Carlos Ariel: Me alegra saber de ti. ¿Estás en México? Me hubiera gustado saludarte. Si fuiste el domingo a Bellas Artes te tocó un concierto horroroso según me han contado todos los amigos que asistieron. A mi no me disgusto el resultado de la función del viernes. pero así pasó. Que mal. Y es de preocuparse que sucedan las cosas así. Un cariñoso abrazo.

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  5. Por lo visto asistimos a dos conciertos totalmente distintos. Yo asistí el viernes y apunté en mi crónica lo que me pareció que no fue nada semejante al desastre que nos narra el querido tocayo Recillas. Pero según me contaron, y quien me lo comentó tiene toda mi confianza y credibilidad, asistió a las dos funciones y me confirmó que la del domingo fue desastrosa. Y si se lo creo como también a José Manuel. Mi amigo afirmó: "Del 100% de lo que tu escuchaste como porcentaje quedo el domingo solamente un 10%". Brutal fue el bajón en lo que escuchamos el público del viernes con los domingueros. Los cantantes que interpretaron a Jesús y al evangelista Mateo estuvieron fatales.Ya había tronado al principio el barítono que tuvo el papel del Redentor el viernes como lo digo pero se compuso y cumplió sin más pena ni gloria. El nivel alcanzado pr la OSN se cayó del viernes al domingo. Es inconcebible. Los músicos no lograron reponerse ni concentrarse con un solo día de descanso.¿Se agotaron en una sola función? Eso habla muy mal de esta agrupación que lleva el titulo honorífico de NACIONAL. Muy mal esta eso. Algo debe de hacerse para subir el nivel de esa orquesta que debería representarnos con dignidad. Es urgente hacerlo.

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