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jueves, 31 de marzo de 2011

Noé Colín con Christoph Eschenbach

Noé Colín con Christoph Escenbach
Crítica musical en México

El notable bajo mexicano Noé Colín compartió con Crítica musical en México las dos fotos que ahora publicamos, y que nuestro amigo y miembro del comité editorial de la revista, Manuel Yrízar Rojas, nos hizo llegar. En la primera, como se puede apreciar, aparece acompañado de Christoph Escenbach; en la segunda, con las cantantes Naina Yeltsina y Galina Vishnevskaya. Con todos ellos compartió escenario, como hace poco comentábamos, en la inauguración del prestigioso Segundo Festival Internacional Rostropovich, celebrado en Moscú hace menos de una semana. Nos sentimos honrados de que el prestigioso bajo mexicano nos haya elegido para divulgar, en exclusiva, estas fotos, que honran a la comunidad musical mexicana.


Acerca de la crítica. Notas etimológicas

Reproducimos el texto con el que el escritor, poeta, ensayista, crítico y traductor José Manuel Recillas abrió la mesa de debate Crítica musical, ¿crónica nacional? celebrada el pasado 30 de junio en el salón de usos múltiples del CENIDIM.



Acerca de la crítica. Notas etimológicas
José Manuel Recillas

A nosotros los escritores, por un defecto que tiene que ver con el uso del lenguaje, nos interesan las palabras más que a los músicos y por eso todo con nosotros empieza con las palabras, antes que con los sonidos, que por sí mismos carecen de relaciones y significados. Por eso, para referirme al tema de la crítica, me parece necesario empezar por explorar su significado etimológico y así, al menos en principio, establecer algunos puntos y parámetros que sirvan para la reflexión. Los términos crítica y criterio tienen un origen etimológico similar que los vincula, de una manera insospechada, con otros términos como escribir, crisis, y carne (y a partir de ésta, escarpado y esgrimir, entre otros muchos términos relacionados). En su origen estos dos términos se refieren simplemente a una norma para juzgar (kriterion en griego), así como al que debe ejercer tal norma, el juez o árbitro (krites), y este a su vez del acto de separar o decidir (krínein), lo que lo relaciona, etimológicamente, con escribir y con crisis.

La palabra carne está formada por la raíz indoeuropea kar-, que significa cortar y que la relaciona con muchas palabras que contienen la partícula kr-, como escribir, cuyo origen latino no disimula su verdadera raíz indoeuropea, skribh-, raspar (de donde se origina el término en inglés scribble, garabatear, señal lingüística inequívoca de los primeros rasgos de lo que después se convertirá en el auténtico acto de escribir), que a su vez proviene de las partículas sker-, ker-, cortar. Este raspar hace referencia a las primeras formas de escritura sobre tablillas, que debían ser raspadas, grabadas o esculpidas. Por su parte esgrimir (un argumento, por ejemplo) proviene del francés antiguo eskermir, escremir, términos eminentemente militares provenientes del germánico skerm-, luchar, proteger, que a su vez proviene de la raíz indoeuropea sker-, cortar.

Por su parte, la palabra crisis, tan conocida entre nosotros por razones histórico-sociales y económicas, en realidad significa “momento decisivo”, y cuyo origen viene de krísis, punto decisivo, y a su vez de krínein, separar, decidir, las cuales a su vez provienen de la raíz indoeuropea kri-, y de krei-, variante de skeri, cortar, separar.

De modo que de nueva cuenta nos hallamos con la misma raíz etimológica que vincula todos estos términos aparentemente disímbolos y sin una relación directa. Pero, a final de cuentas, vemos que en su origen todas estas palabras se relacionan por una sola y misma actividad: la de separar y discernir, palabra esta última que, de acuerdo con María Moliner, significa “distinguir, reconocer, [es decir] ver una cosa como distinta de otra y reconocer entre varias cuál es cada una”. En otras palabras, estamos hablando de una actividad que en su origen es eminentemente legislativa, ordenadora, regidora y educadora. La ley como imperio que domina, ordena y gobierna, y sin la cual sólo hay caos y conflicto. Una actividad, en última instancia, que transforma al niño en adulto.

Podemos afirmar, entonces, que la labor del crítico debe estar del lado de la ley, es decir del orden, y que su función y responsabilidad es, en ese sentido, enorme, no sólo porque es él quien sienta las bases con las que nos guiamos, sino quien dirime entre conflictos y quien, finalmente, educa y forma ciudadanos libres e informados. El crítico es, o debe serlo idealmente, un legislador, alguien capaz de distinguir y reconocer, de separar lo que es paja y lo que es oro, y cuyas expresiones sean, de nuevo idealmente, la manifestación justa de lo que vale y de lo que no.

Por supuesto, para que esto suceda el crítico debe ganarse el respeto de la comunidad a la que pertenece, y eso se logra mediante su sabiduría, su justeza y su ética, tal como ocurre con los legisladores. Pero de la misma manera que entre estos últimos los hay quienes son despreciables y detestables, también entre los críticos pueda suceder lo mismo. Y así como no hay legislador repudiado que no termine sus días en el olvido y el abandono, así también debe sucederle al crítico cuyas palabras no destilen la transparencia de una conducta intachable. Porque quien legisla bien, educa también, ofrece ejemplos de lo que es correcto y de lo que no.

Sin duda, el momento decisivo (crisis) que vive el país, la cultura nacional, implica la toma de decisiones, significa la oportunidad de “ver una cosa como distinta de otra y reconocer entre varias cuál es cada una”, separar la paja de lo valioso; así, adoptar una posición crítica no significa quejarse, como podría pensar alguno, sino separar, distinguir, evaluar, guiar, formar, y educar.

Si la crítica va a servir para algo, debe servir para esto, y no para otra cosa.

Mesa de discusión "Crítica musical, ¿crónica nacional?" en el CENIDIM

Mesa de discusión Crítica musical, ¿crónica nacional? en el CENIDIM
Crítica musical en México


Este miércoles se llevó a cabo la mesa de discusión Crítica musical, ¿crónica nacional?, que como anunciamos, se verificaría en el salón de usos múltiples del CENIDIM. Ante un nutrido público en el que notablemente resaltó la presencia de jóvenes compositores e intérpretes, también se contó con la presencia de algunas figuras importantes de la vida musical nacional, como el generoso compositor italiano Luca Belcastro (organizador del evento), el educador y divulgador J. Andrés Tapia O., el compositor Felipe Pérezsantiago, el integrante del grupo Tambuco, Ricardo Gallardo, el musicólogo norteamericano Thomas Stanford, el musicólogo Alejandro Barceló y el notable tenor José Guadalupe Reyes, quienes no siendo ponentes de la mesa, sin embargo hicieron precisiones importantes en torno no sólo al ejercicio de la crítica (Barceló), sino en cuanto a la educación musical (Reyes) y al aprovechamiento de las tradiciones populares de cada región de México para la formación musical en nuestro país (Stanford), así como el ejercicio de la crítica interactiva (Tapia), entre otras propuestas relevantes y de no menor importancia que lo que se expuso en la mesa.

Horacio Franco

La extensa mesa, tanto por la duración del amplio debate (casi tres horas y media) como por el número de sus participantes (seis, más un moderador: el compositor, musicólogo y director de orquesta Miguel Salmon del Real), fue recibida por la mayoría del público asistente de manera entusiasta. Es importante subrayar que resulta de enorme relevancia el que esta mesa de discusión haya sido acogida por la máxima institución de investigación musical en el país, y que su director, Eugenio Delgado Parra, haya participado como un ponente más y no como moderador o presentador general del evento, lo cual habla de la enorme importancia que ésta institución consideró tiene el tema, y de la importancia de las voces e inteligencias convocadas.

José Manuel Recillas

Los ponentes en la mesa fueron, en el orden acostumbrado, de acuerdo a la foto abajo reproducida, Mauricio Rábago Palafox, Roberto García Bonilla, Eugenio Delgado Parra (director del CENIDIM), Miguel Salmón del Real (moderador), Horacio Franco, Manuel Yrízar Rojas y José Manuel Recillas. Que el propio director del CENIDIM haya participado en esta mesa de discusión habla de la importancia de los asuntos abordados la tarde-noche del miércoles pasado. El tema recurrente en la mesa fue el de la responsabilidad del crítico, algo que desde la etimología misma de la palabra crítica resulta inherente a este ejercicio. La centralidad de este asunto, el de la verdadera responsabilidad del ejercicio de la crítica, no sólo fue debatido y expuesto desde diversas vertientes por los diversos ponentes, sino también por el músico Horacio Franco, quien en representación del gremio de intérpretes, señaló que una de las condiciones necesarias para el adecuado ejercicio de la crítica musical es que quien escriba de música tenga conocimientos específicos sobre esta, algo sobre lo que no fue posible coincidir del todo en la mesa (Delgado Parra, Recillas, Yrízar). Sin embargo, en lo que sí se coincidió de manera unánime, fue en la necesidad de que quien escriba y ejerza la profesión de crítica deba poseer un código de ética intachable (Salmón del Real), y actúe de manera responsable y hable sólo de lo que sepa (Rábago Palafox), de cualquier tipo de música que se trate. Igualmente se mencionó la responsabilidad social, pedagógica y formativa que esta labor debería tener entre nosotros.

Vista general de la mesa

Uno de los señalamientos más relevantes (Rábago Palafox) fue la necesidad de que quienes escriban crítica musical se aproximen a la literatura para afinar sus herramientas de expresión. Se señaló la enorme limitante que significa el hecho de que la mayoría de los músicos no suelen tener las más básicas habilidades literarias para poner por escrito lo que piensan (Recillas) y la imperiosa necesidad de que empiecen a hacerlo. Por esta razón, se señaló (Franco, Stanford), el músico no existe, es decir no es un interlocutor que cuente cuando de debatir la situación del país se trata. Asimismo, se insistió sobre la importancia de que las voces críticas se multipliquen a fin de dar distintas perspectivas sobre la actividad musical en el país, en vez de una sola voz que distorsione o difame (Gallardo, Franco). También se señaló la importancia que la investigación musical tiene para el ejercicio de la crítica (Tapia y García Bonilla) y se invitó a los musicólogos a actuar como divulgadores y no sólo como hiper-especialistas en asuntos técnicos (Pérezsantiago). También se insistió en que el crítico debe tener la libertad de no asistir a eventos que desde un principio carecen de elementos relevantes (el caso del concierto de Alondra de la Parra y Plácido Domingo, Rábago Palafox) y de que el crítico debe construir (Barceló, Rábago Palafox) y tiene una responsabilidad de índole pedagógico-formativa (Delgado Parra, Recillas).

Vista general del público asistente

La concurrencia a esta mesa de discusión dejó muchas preguntas en el aire, y Crítica musical en México irá reproduciendo en los próximos días tanto las ponencias de los participantes como crónicas del evento mismo.

lunes, 28 de marzo de 2011

Debut del bajo mexicano, Noé Colín, en Moscú

Debut del bajo mexicano, Noé Colín, en Moscú
Crítica musical en México

El pasado domingo 27 de marzo el bajo mexiquense Noé Colín participó en la gala de apertura del Segundo Festival Internacional Rostropovich (información sobre el concierto, aquí), en la Sala de Conciertos Chaikovsky, en la ciudad de Moscú, con la Novena sinfonía de Beethoven, interpretada por la Orquesta Nacional Rusa, bajo la dirección de Christoph Eschenbach. Un logro notable que un bajo mexicano, en tierra de estas voces privilegiadas, haya participado en tan importante evento. Crítica musical en México felicita al artista por este logro, siendo el primer bajo mexicano en hacerlo.

Crítica musical, ¿crónica nacional? Mesa de discusión

Crítica musical, ¿crónica nacional? Mesa de discusión


Este miércoles 30 de marzo se llevará a cabo la mesa de discusión en torno a las funciones y responsabilidades del ejercicio de la crítica musical en nuestro país. El evento se verificará en el Salón de usos multiples del Cenidim a las 17:00 hrs locales. Participarán importantes personalidades, empezando por el propio director general del Cenidim, maestro Eugenio Delgado,el destacado e indispensable flautista mexicano Horacio Franco, el crítico e investigador Roberto García Bonilla, el crítico musical Mauricio Rábago Palafox, el crítico, traductor y poeta José Manuel Recillas, y el crítico musical Manuel Yrízar Rojas. La mesa estará moderada por el notable director mexicano Miguel Salmon del Real. Nos complace que varios integrantes de Crítica musical en México formen parte de este importante evento. Esperamos contar con la amable presencia de nuestros amigos y lectores.

Crítica musical, ¿crónica nacional? Mesa de discusión
Miércoles 30 de marzo de 2011, 17 00 Hrs
CENART, CENIDIM: Salón de Usos Múltiples
Eugenio Delgado, Horacio Franco, Roberto García Bonilla,
Mauricio Rábago Palafox, José Manuel Recillas, Manuel Yrízar
Moderador: Miguel Salmón del Real

viernes, 25 de marzo de 2011

Bajo las aguas: Rusalka en Bellas Artes

Por intermediación de nuestro colaborador, amigo y miembro del comité editorial de esta revista, Manuel Yrízar Rojas, repoducimos, con la autorización de su autor, una nota más sobre el estreno en México de la ópera Rusalka, cuya presencia en este espacio nos honra.


Bajo las aguas: Rusalka en Bellas Artes

José Noé Mercado
El Financiero, 24 de marzo de 2011

Entre Bedrich Smetana, autor de tintes oficialistas que ocupa un lugar destacado en la historia lírica con La novia vendida, y Leos Janácek, primero compositor rechazado por el stablishment, luego altamente reconocido, referencial e imprescindible por su capacidad musical, su lenguaje contemporáneo y la fuerza expresiva de obras como Jenufa, Katya Kabanova o Desde la casa de los muertos, Antonín Dvorák sobresalió internacionalmente con su sinfonía Desde el nuevo mundo y por su ópera Rusalka, de bella construcción y continuidad melódica con base en el leitmotiv wagneriano, a la que suma una historia que pone en escena parte de la mitología eslava.

Estrenada en 1901, Rusalka cuenta con libreto de Jaroslav Kvapil, y se presentó por primera vez en nuestro país los pasados 10, 13, 17 y 20 de marzo, en el Teatro del Palacio de Bellas Artes, en coproducción del XXVII Festival de México y la Compañía Nacional de Ópera (CNO).

Jorge Ballina diseñó una escenografía dinámica y contemporánea, arropada espléndidamente por la iluminación de Víctor Zapatero y el magnífico vestuario de Eloise Kazan.

En esta ocasión, sin embargo, la propuesta de Ballina mostró una mirada reiterativa y nostálgica de su propio trabajo, sin la concreción plástica de belleza que alcanzó, por ejemplo, en El anillo del nibelungo, pero sí de su problemática con plataformas hiperquinéticas que dificultan ya no se diga el canto, sino el tránsito y acceso a ellas, como lo demostraron las torceduras de tobillo de al menos un par de participantes. Por lo demás, la escena dispuesta para contar la historia como un cuento infantil no logró recrear del todo lo que pretendía. Una serpentina telar difícilmente logró el efecto acuífero y durante la mayor parte del tiempo parecía más un canasto de mimbre teñido de azul y no el marco de un lago.

La dirección escénica de Enrique Singer presentó con coherencia y lógica la trama y las acciones, aunque naufragó en las escenas largas que componen la obra, ya que la monotonía de movimientos y la falta de una expresión nacida más del interior de los personajes cayó en un estatismo colindante con la aburrición. Si por algo los pasajes más lucidores fueron aquellas citas sergiovelianas de las ondinas del Rin y no sin estorbosos cables y arneses y dobles visibles.

El rol protagónico fue encomendado a la soprano sueca Elisabet Strid, quien se desempeñó como una gran Rusalka, con voz cálida, bella y resistente, de técnica notable. Actoralmente no demostró nada especial, pero se convirtió en una de las mejores importaciones de los últimos años considerando esa tendencia oficial y algo malinchista de traer tantos cantantes equis del extranjero a nuestros escenarios.

El tenor eslovaco Ludovit Ludha interpretó el papel del Príncipe y cumplió, pero poco más. Con una voz sin demasiado cuerpo ante el color orquestal de esta partitura, con mayor énfasis en la colocación del sonido que en su belleza o en la ortodoxia de su emisión, no estuvo a la altura de su ninfa acuática. Con mejores cualidades y un canto de mayor envergadura participó el bajo ruso Alexander Teliga como el Espíritu de las aguas.

Las voces nacionales de Lucía Salas, Nieves Navarro y Edurne Goyarzu (Ninfas del bosque); Celia Gómez (Princesa extranjera), Antonio Duque (Guardabosques), Sandra Malika (Cocinero), Néstor López (Cazador) y Belem Rodríguez (la bruja Jezibaba), complementaron el elenco con participaciones en general muy destacadas.

La dirección concertadora de Ivan Anguélov, al frente de la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes (esta última agrupación de inocultable mejoría sonora bajo la preparación de Xavier Ribes de los últimos meses), si bien mostró conocimiento y cercanía de la partitura y cuidó el ritmo vocal de los solistas, no se transformó en una lectura particularmente vital. Con tiempos poco emotivos y una batuta refrigerante, quizás faltó calor a la música, al conflicto, al drama, a su desapasionada versión.

Tristemente donde no falta calor al drama es en la CNO, ya que después del fiasco de su pretendido Comité Artístico, que nunca se concretó, sigue sobre las olas, nadando de a muertito, con una temporada 2011 incierta, en la que parte de los títulos programados ya se cancelaron o pospusieron. Aunque quizás por ello mismo la realidad de esta institución operística ya ni siquiera esté a flote sino, como Rusalka y sus desnudos encantos de sirena que no vimos, completamente bajo las aguas. O, dicho sin poesía alguna, hundida. Tal vez ahogada.

Presenta su página de facebook el Ensamble Nuevo de México

Presenta su página de facebook el Ensamble Nuevo de México


El Ensamble Nuevo de México presentó la noche del 24 de marzo su nueva página de facebook, a través de la cual dará información sobre sus actividades y convocatorias. Dice la página oficial del grupo: "Desde Noviembre de 2009 el Ensamble Nuevo de México ha realizado 31 estrenos mundiales de 28 compositores mexicanos radicados en diversas partes del mundo. Dichas obras, escritas expresamente para el Ensamble Nuevo de México y su director y fundador, Miguel Salmon del Real, son el resultado de la colaboración directa entre creadores y ejecutantes."


En efecto, una de las razones por las cuales este conjunto orquestal se ha hecho de una buena fama entre la comunidad musical es por la decidida voluntad de apostar por la juventud musical del país en todos sus ámbitos: desde la elección de un repertorio en el que lo que más abunda es la voz de jóvenes compositores, hasta el público que asiste a sus recitales, conformado en su mayoría por jóvenes también, así como por la elección de un grupo de brillantes instrumentistas que aportan no sólo su excelencia, sino también su juventud.

"Conformado por solistas, asiduos músicos de cámara y miembros principales de sección de diversas orquestas sinfónicas del país, el Ensamble Nuevo de México busca abordar, primordialmente, obras de estreno de autores vivos, que a través de una colaboración conjunta entre compositores e intérpretes coadyuven a la construcción de un repertorio tanto nuevo como innovador y a su materialización artística por medio de la ejecución más auténtica."

Los integrantes del Ensamble Nuevo de México son:

Yadira Guevara, Flautas
Filomeno Ortiz, Clarinete y saxofón.
Rodrigo Garibay, Clarinetes y saxofones
Sócrates Villegas, Clarinetes
Omar Guevara, Violin
Román Castillo, Viola
Irene Carrasco, Cello
Carlos Adriel Salmerón y Carlos Gómez Matus, Piano
Oscar Sánchez, Percusión

Miguel Del Real, Director musical y artístico.

jueves, 24 de marzo de 2011

Enrico Chapela y Rodrigo Garibay nominados al Ariel por Mejor música original

Enrico Chapela y Rodrigo Garibay nominados al Ariel por Mejor música original


Hoy se anunciaron las ternas para la entrega de la LIII entrega de los Arieles, el máximo galardón cinematográfico que se entrega en nuestro país. Y en la categoría de Mejor música original fueron nominados dos músicos mexicanos cuya amistad y talento honran a toda la comunidad musical mexicana, y en particular la de quienes hacemos esta revista. El primero de ellos es Enrico Chapela, compositor que ha obtenido innumerables premios y reconocimientos y cuyas obras han tenido la fortuna de integrarse rápidamente al repertorio musical de nuestro país. Chapela fue nominado por la música que hizo para la película Somos lo que hay.

Enrico Chapela

El segundo de ellos es Rodrigo Garibay, clarinetista del Ensamble Nuevo de México, uno de los conjuntos orquestales de cámara de mayor ascenso y creciente respeto en el medio musical nacional y cuyo director, Miguel Salmon del Real, ha estrenado más de 30 obras en poco más de un año. Garibay es uno de los más respetados clarinetistas del país y fue nominado, junto con Matías Berberis, por la música de la película Vaho.

Sócrates Villegas (frente) y Rodrigo Garibay

Los otros dos nominados son Alejandro Giacomán, por la música de la película Hidalgo, la historia jamás contada, y Gustavo Santaolalla, por la música de la película Biutiful. Desde aquí, Crítica musical en México felicita a los nominados, y desea que el premio quede en manos de quien más lo merezca.

Presentación del XXV Festival Cultural Zacatecas 2011

Presentación del XXV Festival Cultural Zacatecas 2011
José Manuel Recillas

El día de ayer al mediodía, 23 de marzo de 2011, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de las Bellas Artes, se presentó oficialmente el programa del XXV Festival Cultural Zacatecas 2011, con la presencia del gobernador electo de ese estado y funcionarios culturales tanto de ese estado como del Distrito Federal y del Conaculta. La presentación la realizó el propio gobernador, quien de manera más bien extensa habló del pasado y del presente de este festival, mostrando que está bien enterado del asunto y que su conocimiento al respecto no era el fruto de una información reciente y superficial. Con amplitud señaló tanto el origen del festival como una semana cultural hace ya 25 años hasta la ampliación, en esta emisión, de actividades que se desarrollarán en los municipios del estado y no sólo en la capital del mismo. Se señaló la importancia que tiene para el estado la figura de Ramón López Velarde, ungido poeta nacional por Álvaro Obregón cuando en vida fue un poeta menospreciado (debemos a Gabriel Zaid, en Tres poetas católicos [Oceano, 1997] la reconstrucción de este suceso histórico), y de quien este año se conmemoran 90 años de su fallecimiento y los mismos de la publicación de "La suave patria", que fue repartido en una edición conmemorativa (tomada de la edición de las obras del poeta por el Fondo de Cultura Económica) editada por la anterior adminitración del estado. El gobernador hizo hincapié no sólo en los eventos del festival, sino en la importancia de mantener viva la herencia cultural de los principales artistas vivos del estado, razón por la cual el pintor zacatecano Rafael Coronel, celebrando sus 80 años de vida, permitió que una de sus obras más célebres y celebradas, El Tatsuán y la niña de Jerez, decorase el cartel oficial del festival.


Sin duda, la presentación de un festival cultural es un hecho de relevancia que amerita nuestra atención, y ese es el caso de éste. Además de la amplia exposición y presentación que hizo el gobernador, al final se presentó el video oficial del festival, en el que aparecen los prtincipales artistas que darán lustre al mismo, empezando por el concierto inaugural, el 16 de abril, que dará el tenor español José Carreras acompañado por la Orquesta Sinfónica del estado de México. Resulta notable que las actividades de mayor peso sean los espectáculos musicales, que aunque no representan la mayoría de las actividades del festival, son las más visibles y las que tanto el gobernador como el video oficial resaltaron. Frente al concierto inaugural, que reúne a una de las figuras internacionales más importantes del mundo de la ópera, llama la atención que el resto de los grupos participantes en este festival cultural (y hago énfasis en lo de cultural) no pertenezcan precisamente al ámbito de la cultura, es decir del ámbito pensante y propositivo de eso que llamamos cultura. Por supuesto, llama la atención la presencia de artistas como el dueto australiano radicado en Estados Unidos Air Supply, famosos por sus canciones melosas y baladas románticas de abierto corte mercantil. Lo mismo ocurre con artistas como el cantante español Raphael, a quien nadie podría imaginar en una festival cultural, hasta antes de esta ocasión. Lo mismo sucede con la mayoría de los artistas invitados al festival, como la cantante mexicana María José o el grupo español Jarabe de palo, a quienes nunca he escuchado, pero cuya imagen es evidentemente la de artistas mediáticos que muy poco tienen que ver con el mundo de la cultura (es cierto que hay una cultura "popular", entendida más bien como cultura pop, en el sentido estadounidense del término, y usado de esa forma por canales de videos como VH1). Me parece que es digno de celebrar la presencia del grupo de jazz Syro Gira, una institución del género, pero que no es precisamente un representante de cuestiones relacionados con la cultura. Apenas se les podría considerar en ese ámbito a artistas como Viola Trigo y, en menor medida, a la siempre repetitiva y poco inspirada Tania Libertad, o a la presentación estelar del cantante catalán Joan Manuel Serrat, quien fue presentado como la gran sorpresa del festival pues viene especialmente al mismo sin que su visita sea parte de una gira o algo similar. Y no es que uno se oponga a estas manifestaciones de cierta cultura musical, sino que al estar presentes como funciones estelares, se le resta seriedad tanto al festival como al hecho de que esos sitios que ellos ocupan bien podrían ocuparlos artistas de otra categoría, incluso nacionales de muy buen nivel, y tal vez incluso a un costo mucho más económico. Pero esta es una tendencia ya muy marcada de los festivales culturales del país, a la que incluso el Cervantino no escapa al presentar a engendros como Café Tacuba o Los tigres del norte.

Las actividades culturales en esta emisión del festival apenas recibieron alguna mención muy general, y hasta cierto punto es comprensible que no se hiciera más énfasis en la figura de Ramón López Velarde, habida cuenta de que ya hay dos premios literarios con ese nombre, además de las jornadas lópezvelardianas a celebrarse a mediados de año, y de que el uso, y a veces abuso de la figura del poeta jerezano podría parecer un exceso. Sin embargo, frente a la presentación y énfasis de las actividades musicales, es decir conciertos, la casi nula mención de actividades de otra índole como teatrales o literarias señala la escasa importancia que éstas tienen para los organizadores, aunque sabemos que son precisamente estas actividades menos ostentosas, menos llamativas, las que suelen dejar más huella. Y es que la diferencia entra actividades académicas (presentaciones de libros, conferencias, recitales líricos, cursos y ponencias) y los conciertos es bastante grande. Como se vea, los segundos pueden caer con demasiada facilidad en el terreno del entretenimiento. Las primeras, jamás.

Sólo nos resta esperar que esta emisión del Festival Cultural Zacatecas 2011, que llega ya a su primer cuarto de siglo con vida, sea todo un éxito por el bien de los habitantes de Zacatecas, así como por el empeño puesto por sus organizadores, en la esperanza de que en futuras emisiones el concepto de Cultural en su nombre se vea reflejado de manera más clara y abierta, y agradecer que no nos recetaron esta vez alitas asadas de alondra.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Horacio Franco en el Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado

Por su importancia, reproducimos esta nota del concierto otorgrado por Horacio Franco en el marco del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado, que escribió nuestro colaborador y amigo, Mauricio Rábago Palafox


Horacio Franco en el FAOT
Mauricio Rábago Palafox

El flautista mexicano Horacio Franco engalanó con su presencia el XXVII Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado (FAOT) de Álamos, Sonora. Se presentó acompañado por el violonchelista Asaf Kolerstein (Israel), quienes interpretaron obras de J. S. Bach escritas originalmente para clavecín, como Invenciones a dos voces, Partitas, Suites, y preludios del Clave bien temperado, en adaptación hecha por los propios músicos. Horacio Franco empleó para este concierto unas siete flautas de diversos tamaños, unas de marfil y otras de maderas finas, con las que produjo un sonido único, a veces cálido, otras sugerente o transparente. Asaf Kolerstein empleó su violoncello sin espiga; sujetándolo con las piernas y tocó con un arco barroco que es más ligero y pequeño y es el idóneo para interpretar la fantástica música de Bach, que si bien en el clavecín es de máxima dificultad, en la flauta y el cello se vuelve aún más complicada. Al ser dos los intérpretes y sus instrumentos se dificulta más la afinación, la cohesión, la dinámica y el volumen, la agógica musical; ¿Quién dirige a quién? Asaf y Horacio con sólo una mirada, muchísima concentración y su oído, se ponen de acuerdo y tocan, no como si fueran uno, sino como dos bien ensayados, coordinados y que se han puesto de acuerdo después de cientos de horas de estudio y ensayos.

Asombra Horacio Franco, sobre todo por su agilidad, su velocidad y su memoria sobrenatural; los flautistas por lo general tocan leyendo, Horacio Franco tocó sin titubeos ni errores, de memoria durante casi dos horas, estas complicadas obras de Bach, haciendo música en cada frase, en cada parte. Algo asombroso, por eso Horacio Franco es uno de los más famosos músicos mexicanos, aclamado en el extranjero. Sus muchas grabaciones permanecen como testimonio de su arte.


El concierto se verificó el 22 de enero, en el Templo de la Purísima Concepción en Álamos, cuya acústica resulta muy inadecuada por su mucho eco, el sonido suena encajonado y además se usaron micrófonos que nos parece no son necesarios, salvo tal vez unas bocinas discretas en el fondo del templo. El domingo 23 se repitió en Navojoa, en el Teatro Auditorio Municipal, seguramente con mucho mejor acústica.

El programa interpretado fue muy exigente para el público, que incluso de pie abarrotó el templo, un público azorado, respetuoso, atento y receptivo. “Hay que tener mucha fuerza física para acometer este programa”, nos comentó Horacio Franco.

El festival: pulcramente organizado, con alegría y entrega, con profesionalismo, va acumulando un éxito tras otro y se perfila ya como uno de los más importantes festivales culturales del país, con invitados como Horacio Franco que toca la flauta de una manera que nunca creímos posible.

Acerca del concierto inaugural del Festival Cultural Afonso Ortiz Tirado de Álamos, Sonora

Reproducimos esta nota sobre el concierto inaugural del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado realizado hace ya unas semanas atrás, sobre cuya relevancia esta nota nos recuerda, un festival al que vale la pena prestar atención.


Concierto inaugural del Festival Cultural Afonso Ortiz Tirado de Álamos, Sonora
Mauricio Rábago Palafox


Alfonso Ortiz Tirado (1893-1960) doctor en medicina especializado en ortopedia y magnífico tenor, nació en la encantadora ciudad de Álamos, Sonora y es de hecho su hijo más célebre y recordado. Grabó abundantemente y sus memorables interpretaciones están aún a disposición de los aficionados al bel canto. Viajó en numerosas ocasiones al extranjero en giras de conciertos, por lo que fue considerado El embajador lírico de la canción mexicana, y como médico fue muy apreciado en las sociedades científicas, e incluso recibió el premio Honoris Causa de la Universidad de Costa Rica, y es autor además de Tratamiento para la osteomielitis por el método de Orr. Fue médico de cabecera de Frida Kahlo y atendió la famosa herida de la mejilla de Agustín Lara. En el canto fue alumno de José Pierson, el maestro de Jorge Negrete, José Sosa Esquivel, Hugo Avendaño, el Charro Abitia y otros muchos notables cantantes.

La edición 27 del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado (FAOT) comenzó con un magno concierto verificado en el Palacio Municipal de Álamos. La Orquesta Sinfónica de Sonora dirigida por el maestro Enrique Patrón de Rueda acompañó a la soprano estadounidense Elizabeth Blancke-Biggs y a la cantante mexicana Maria Luisa Tamez, quien ahora continúa su exitosa carrera cantando como mezzosoprano. Lo que escuchamos fue realmente notable. La orquesta estatal nos sorprendió por su impecable sonido, la juventud y habilidad de sus integrantes y su magnificencia sonora; una orquesta envidiable. Patrón de Rueda nos demostró, una vez más, que es el mejor director de ópera mexicano al acompañar nota por nota, frase por frase, a las dos solistas, obteniendo lo mejor de ellas, y de la orquesta desbordando musicalidad y emoción. El año pasado Patrón de Rueda cumplió treinta años como director de orquesta, situación que fue ignorada por el INBA pese a que los pusimos sobre aviso: hace más de dos años no es invitado a dirigir en la Ópera del INBA, y en su lugar invitan a directores extranjeros de muy escasos méritos.

La Tamez (como se le conoce cariñosamente) recibió de manos del gobernador del estado una medalla por sus también treinta años de carrera artística. Nos sorprendió por su canto; ella llena con creces los requerimientos vocales de mezzosoprano; voz oscura, caudalosa, de gran volumen y musicalidad. En algunos pasajes canta con innecesaria fuerza donde debiera de haber dulzura y suavidad en el sonido. Con todo, es una de las más encomiables cantantes mexicanas de las últimas décadas.

Elizabeth Blancke-Biggs, sensacional soprano lírico spinto, con increíbles graves y un centro oscuro y pastoso, al subir a los agudos aligera y produce con aparente facilidad un sonido sorprendente que inunda la sala. No hace mucho triunfó en el Met de NY cantando Tosca. Una de las mejores sopranos jóvenes estadounidenses.

Ambas divas interpretaron arias y dúos de Aida, La Gioconda, El trovador, Cuentos de Hoffmann, Tosca, Nabucco y Mi bella dama. Al final, la Tamez nos obsequió como pieza de regalo “Sabor a mí”, de Álvaro Carrillo.

Realmente el concierto inaugural superó en mucho todas nuestras expectativas.

Este festival se desarrolla principalmente en Álamos pero tiene presencia en otros municipios del estado. Contará durante los ocho días que dura con la presencia de más de sesenta artistas nacionales e internacionales de primer orden en muy diversas disciplinas artísticas, quienes llevarán a cabo un aproximado de ciento cuarenta eventos.

Enhorabuena por este magno esfuerzo cultural en el norte de la República Mexicana.

martes, 22 de marzo de 2011

In memoriam Miguel Bernal Macouzet

In memoriam Miguel Bernal Macouzet
Rogelio Macías Sánchez

Cuesta lo mismo pensar en grande que pensar en chico
Miguel Bernal Macouzet


En las primeras horas del viernes 18 de marzo falleció en esta ciudad, a los 71 años de edad, Miguel Bernal Macouzet, gran moreliano, hijo mayor de Miguel Bernal Jiménez y María Cristina Macouzet Muñoz.

Aunque no fue inducido a la música por su padre, de él heredó el buen gusto, el respeto y el amor por la cultura, las artes y particularmente la música, De su madre heredó la bondad y el don de gentes. De los dos, la rectitud del espíritu ante la vida. Y no sé cómo se hizo de talento empresarial, visión práctica del futuro y notable capacidad de relacionarse con los demás, que lo llevaron a ser un exitoso industrial y consejero gubernamental, además del promotor cultural más importante que haya habido en el estado. Sabía vivir, procuraba el buen comer y el buen beber, y compartirlos, además de cultivar con cariño la amistad de quien se dejara querer. Así lo recuerdo yo.

Lo conocí con motivo del Festival Internacional de Música de Morelia en su segunda edición, cuando fui invitado a participar en su patronato y estructura organizativa. Desde entonces y hasta hace unos meses compartimos con afecto sincero proyectos e ilusiones sobre la promoción y el desarrollo de la cultura musical del más alto nivel en esta ciudad y en el país. Pero él los cristalizó en una realidad compleja y hermosa que ahora se llama Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez. Porque no me queda duda de que Miguel Bernal Macouzet fue el ideólogo del festival y todas sus consecuencias. Fue su creador y fundador, responsable de su continuidad y rescate cuando cayó en gran depresión y estuvo por desaparecer, y lo ha sido de su riqueza cultural y lucimiento actuales. Las herramientas para esto fueron sus cualidades personales, y la motivación, la mística que el cariño y el respeto por su padre le imbuyeron. Él quiso cumplir algunos de los anhelos no completados por ese gran mexicano que fue Miguel Bernal Jiménez.

El festival no fue la única obra de Miguel en este tenor. Lo es también la reorganización y consolidación del Conservatorio de las Rosas como la institución educativa de alto nivel que imaginó su padre y que ahora lo es. Tuvo tras de sí un buen patronato, pero tampoco me cabe duda de que fue él, el espíritu rector de ello desde hace casi un cuarto de siglo.

Miguel nos ha dejado y flota en el aire una duda angustiante: ¿Qué pasará con estas instituciones ahora que se ha ido su espíritu rector?

Yo sé que seguirán adelante en el camino trazado de la excelencia irrenunciable y la superación que no se detiene. Quienes están a cargo del Festival de Música de Morelia y del Conservatorio de las Rosas están imbuidos del mismo espíritu y las mismas ilusiones de Miguel y han aprendido a usar las herramientas personales que él tanto desarrolló. Han aprendido, tienen los mismos anhelos y aportarán lo propio de su valiosa juventud. Miguel se fue de esta vida sabiendo que sus piezas maestras lo serán por siempre.

Todo esto se me vino a la cabeza durante la misa de requiem que se ofició el mediodía del sábado 19 en la iglesia Catedral. No hubo pompa ni solemnidad, pero a todos nos permeó un sentimiento genuino de tristeza y nostalgia por un ser amado que no tuvo el amor de gratis, lo ganó, mucho y de muchos, por su bonhomía. En el fondo de la liturgia, pero siendo protagónica, desbordaba desde el coro la música de Miguel Bernal Jiménez, a cargo del Coro Polifónico Miguel Bernal Jiménez y el maestro Jesús Carreño.

Gracias, Miguel, por las ilusiones compartidas que vivimos.

Nota publicada en Cambio de Michoacán

Peligra la temporada 2011-2012 del Teatro Colón de Buenos Aires

Peligra la temporada 2011-2012 del Teatro Colón de Buenos Aires
Gustavo Gabriel Otero
Buenos Aires


En la tarde de ayer, jueves 17 de marzo, se desarrolló una conferencia de prensa en el Teatro Colón en la cual su director general y artístico, Pedro Pablo García Caffi, anunció que no habrá venta de abonos para este año, debido a la imposibilidad de “garantizar la realización de varias de las producciones propuestas”.

El director del Teatro Colón –quien estuvo acompañado por el jefe de gabinete de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta y los directores de todas áreas del Teatro– también anunció que la venta de entradas por función –con una “reducción importante en su valor”– se extenderá a la programación de ópera, del ballet y del ciclo del Bicentenario. Pero los ciclos de las orquestas Filarmónica y Estable “no se anunciarán hasta que el conflicto con las orquestas haya sido resuelto”.

Según las autoridades del Teatro Colón el conflicto está reducido a “un grupo de integrantes de cada orquesta”, y se destacó que de los 925 trabajadores que tiene el Teatro, más de 800 vienen trabajando, y “piden que se les garantice ese derecho y a tener la sala abierta”.

García Caffi junto al director de orquesta Baldur Brönnimann, el director del Coro Estable, Peter Burian, y Valentina Carrasco de La Fura dels Baus confirmó la realización de la ópera El gran macabro con "ensayos abiertos al público en versión no orquestal”.

Dichos ensayos se llevarán a cabo con entrada libre y gratuita –con prioridad en la entrega para los abonados– los días 30 de marzo, 3, 6 y 8 de abril.

García Caffi indicó al respecto que "hemos sentido la necesidad imperiosa de encontrar la fórmula que conjugara, por una parte, el debido respeto al público, ávido de conocer una de las obras más originales de la lírica del siglo XX, y, por otra, el respeto a la obra y las personas que le dan sustancia".

A su vez Baldur Brönnimann reivindicó la decisión de llevar adelante su puesta en una versión “al piano, autorizada por su autor”, como un gesto de respeto al equipo de trabajo y al público. Idea que reforzó la directora de escena de la producción de La Fura dels Baus, Verónica Carrasco: “Paralizarse ante la situación de conflicto va en contra de lo que dice su texto, que propone hacer, mostrar, divertir”. Para rematar diciendo: “hacerla nos hace más ligetistas que no hacerla”.

Finalmente, García Caffi indicó que los conciertos que Plácido Domingo dará el miércoles 23, en parte en la sala principal del Teatro Colón y en parte en un escenario montado sobre la avenida 9 de julio, son organizados por la Fundación Beethoven y el gobierno de la ciudad, y que el Teatro Colón sólo ofrecerá su sala. También que los ciclos de Mozarteum, Nuova Harmonia, Daia y Festivales Musicales, se llevarán a cabo tal cual fueron programados.

Desde un plano político, Rodríguez Larreta manifestó “todo el apoyo” del Gobierno porteño a García Caffi. El jefe de Gabinete aseguró “saber que se está en un buen camino”. Y pidió comprensión al público por una situación que “nadie esperaba” y que así como cumplieron en la reapertura del teatro cumplirán con ponerlo en funcionamiento con excelencia.

Todos los abonados del año 2010 serán tenidos en cuenta y respetadas las ubicaciones para la Temporada 2012.

Al término del encuentro, Pedro Pablo García Caffi, afirmó: "Bueno..., les puedo decir que la temporada del 2012 va a ser maravillosa".

Más información en: www.teatrocolon.org.ar

Celso Albelo, de La Scala al Covent Garden

Celso Albelo, de La Scala al Covent Garden
Alicia Perris
Barcelona, marzo de 2011

El ascendente tenor tinerfeño debuta en Montecarlo y presenta disco en Londres.

Después de su aplaudido debut en La Scala (con Beppe, de Pagliacci) y tras visitar su Tenerife natal y Las Palmas para ofrecer dos recitales en el Festival de Música de Canarias, el ascendente tenor español Celso Albelo se ha incorporado a los ensayos de Rigoletto en la Ópera de Montecarlo, compañía en la que debutará a finales del presente mes (funciones el 30 de marzo y 1 y 3 de abril) con su inigualable Duca di Mantova, papel que acaba de interpretar en Zúrich en la función de despedida del legendario barítono italiano Renato Bruson.

En julio, Albelo participará en los Proms de Londres con Guillaume Tell, ópera que dirigirá desde el podio Antonio Pappano y que ambos artistas han grabado recientemente para el sello Emi en Roma con la Orquesta de la Accademia de Santa Cecilia; en torno al concierto londinense se presentará el nuevo disco de dicha obra rossiniana. En los próximos meses el tenor tinerfeño afrontará otros importantes compromisos, entre los que destaca su vuelta a la Ópera de Zúrich con Anna Bolena, así como los importantes debuts en la Royal Opera House del Covent Garden de Londres con La Sonnambula y en Pekín con L’elisir d’amore.

Celso Albelo (izquierda), Cecilia Bartoli (centro) y Thomas Hengelbrock (derecha)
con el Balthasar-Neumann Ensemble al fondo, en el Fetspielhaus, Baden Baden, el 10 de abril de 2008,
durante una representación de concierto de La sonnambula, de Bellini.

Celso Albelo ha comenzado la actual temporada recibiendo dos destacados reconocimientos internacionales que han premiado su talento y su imparable trayectoria artística: el Óscar de la Lírica de la Fundación Verona per l’Arena (agosto 2010) y el Premio Lírico Nacional Teatro Campoamor (enero 2011) en la categoría de Cantante Revelación por su espléndida interpretación de Arturo de I Puritani en A Coruña.

Rusalka: estudio fotográfico [HQ]


Como parte de la atención que ha recibido en nuestra revista-blog la puesta en escena de la ópera Rusalka, de Antonin Dvorak, en el marco del festival FMX, les ofrecemos a nuestros lectores un pequeño estudio fotográfico de dicha escenificación. Estas fotos fueron compartidas con nosotros, y de nosotros a nuestros lectores, por la sala de prensa del festival, a la que agradecemos la atención con este medio y nuestros lectores.


Las fotos son de altísima calidad (3888 x 2592) por lo que no tienen que conformarse con verlas en el tamaño que presentan en nuestra revista. Para verlas en toda su majestad, sólo tienen que pinchar en la foto de su agrado para ver con más detalle la que les agrade, y si lo desean, descargarla y convertirla en un wallpaper para su computadora.



Fallece Miguel Bernal Macouzet

Los integrantes de Crítica musical en México lamentan el fallecimiento de don Miguel Bernal Macouzet, fundador del Festival de Música de Morelia. Reproducimos la esquela que la Academia de Música del Palacio de Minería publicó en facebook, y que aparece reproducida también en el grupo de facebook Músicos.


Descanse en paz

La Academia de Música del Palacio de Minería y los integrantes de la Orquesta Sinfónica de Minería expresa sus más sentidas condolencias por el lamentable fallecimiento de Don Miguel Bernal Macouzet, fundador del Festival de Música de Morelia.

lunes, 21 de marzo de 2011

Rusalka, o de naufragios

Rusalka, o de naufragios
José Manuel Recillas

El reciente estreno nacional de la ópera Rusalka, de Antonin Dvorak, en el Palacio de Bellas Artes, no pasó desapercibido, como era de esperarse, en el ámbito de la crítica musical. Es de esperar que aparezcan más comentarios sobre esta puesta en escena en fechas próximas. Sin embargo, ya en los primeros comentarios es posible detectar las discrepancias entre los testigos que presenciaron la misma función. Habiendo estado yo presente también en la misma, agregaré los míos propios, no sin ocuparme, adicionalmente, de las razones para este tipo de divergencias.

Lo primero que llamó mi atención, habiendo llegado al teatro sin poder consultar el programa de mano, es que sin ninguna información adicional salvo la escénica, resulta muy difícil entender que los personajes del primer acto se encuentran en un lago y que viven bajo el agua. La ninfa que habla con su padre no parece tal ni en términos escénicos ni de vestuario, por lo que incluso los personajes no resultan muy claros. Las olas que rodeaban el lago son identificables como tal sólo después de un buen rato, después que los personajes llevan un rato dialogando entre sí. Los niveles en que se movían sobre el escenario parecían más bien pequeñas colinas, y se podía intuir que los personajes provenían del subsuelo porque justamente el padre sale de la parte inferior, pero, de nuevo, escénicamente no resultaba muy claro que estuviesen sobre o en el agua. El director escénico no hizo el menor esfuerzo porque sus actores-cantantes hicieran algún movimiento que sugiriera dónde estaban, y la escenografía misma, que en muy poco reflejaba el ambiente narrativo original, no concordaba con el trasunto dramático-mitológico, por lo que no había en realidad una relación entre el dramatismo de la música y el canto, y el trasfondo escénico. Si esto era ya bastante confuso en el primer acto, en el segundo simplemente ya no existió la menor relación entre el drama que se desarrolla y la escenografía, llena de tanta luz que llegaba a molestar. Lejos que la escenografía sirviera para presentar un ambiente acorde a lo que dramatológicamente se escenificaba, la excesiva luz, producto de un piso de metal que reflejaba la luz hacia arriba, destruía toda posibilidad de que lo que sucedía musicalmente tuviera un complemento escenográfico.

En general, las divergencias entre la historia mitológica original y el diseño escenográfico, así como la dirección actoral o escenográfica fueron tan grandes que me resultó casi imposible hacer el traslape entre una y otra y hallar un equilibrio general. En realidad, pareciera que ni el director de escena ni el diseñador escenográfico hubiesen tenido idea de qué trataba la historia, o, en el mejor de los casos, que el diseñador escenográfico buscase a toda costa aprovechar para su escenografía el nuevo sistema del teatro de Bellas Artes a fin de utilizar los diversos elevadores al mismo tiempo, en beneficio no de la obra, sino de su propia escenografía.

El estreno nacional de Rusalka me pareció desafortunado, poco convincente, el resultado de una lectura del libreto muy superficial o errónea. Y eso lamentablemente hizo que, desde mi perspectiva, todo el montaje naufragara sin dirección alguna. Los cantantes hicieron lo que mejor pudieron, pero en realidad la escenografía fue demasiado caótica, demasiado libremente elaborada, como si no importara en qué obra se iba a utilizar.

Una mención especial merecen lo subtítulos que tuvimos que soportar. Y no tanto los subtítulos cuanto su lenguaje. De una pobreza y valemadrismo en verdad exasperante, su vocabulario resultaba un verdadero distractor más que una ayuda para la comprensión de lo que sucedía. El ejemplo más evidente de esto es cuando la ninfa se dirige a su padre y constantemente le dice “Papito”. ¿”Papito”? Sí, no señalo aquí las asociaciones que tal palabra hizo rebotar en mi cabeza, pero evidentemente cada vez que aparecía (incluida su variante “Papaíto” ¿o fue sólo mi imaginación?) las asociaciones metalingüísticas me distraían, o, como la primera vez que apareció, me hizo preguntarme “¿Leí bien o le llamó ‘Papito’?” Imaginen el resto ustedes.

En general, me pareció poco afortunado este montaje, y eso ya parecía presagiarlo el hecho de que, siendo la obra que inauguraba el FMX, no hubiese estado presente, como el año pasado, por ejemplo, ninguna autoridad de relevancia (ni la titular del Conaculta ni el jefe de gobierno de la ciudad de México) en la primera función, para dar un mensaje oficial de inauguración, seña tal vez inequívoca que anticipaba el abucheo que recibiría la titular de Bellas Artes, quien apareció sin compañia de nadie y cuyo discurso inaugural quedó en el olvido. Como sea, el montaje de esta ocasión pasará al olvido y su peso específico no dejará huella, salvo la de haber servido (aunque de muy poco en realidad) para el estreno nacional de Rusalka.

El otro asunto sobre el que deseo centrar mi reflexión es, por supuesto, sobre las diferencias de percepción que un mismo espectáculo genera en diversos testigos presenciales. Y no es tanto que cada quien vea obras o montajes diferentes, sino que así es la percepción humana, regida no sólo por los gustos e intereses particulares, sino también por los muy personales backgrounds culturales que cada quien lleva consigo, además de las expectativas que cada quien carga. Es en este sentido en el que la ópera, muy particularmente, no podrá alcanzar ese estatus que Wagner quería para ella como Gesamtkunstwerk u obra de arte total. No existe tal cosa salvo en la mente de quienes quieren pensarlo así, pero en los hechos, al pasar revista al montaje de una ópera, cualquiera que éste sea, necesariamente se tienen que fragmentar los diversos elementos que se ven conjugados en éste, y ver si todos ellos terminan por formar una unidad, la solución perfecta para un momento específico.

La comparación entre otro arte multidisciplinario como es el cine puede ayudar a entender por qué la dimensión total de la obra de arte que pretende una puesta en escena como la que se presentó en Bellas Artes no termina de ser convincente, tal como sucede con un espectador que llega al teatro sin la oportunidad de leer la trama general de la obra en cuestión. En una película tanto la trama como el ámbito espacio-temporal en el que suceden los acontecimientos resaltan desde el principio, y salvo casos excepcionales, no es imposible seguir la trama ni valorar la verosimilitud de lo que se está contando, incluso si se trata de pura fantasía o ciencia ficción. Las razones de esto son bastante evidentes, pero uno se pregunta, ¿por qué en la puesta en escena de una obra no puede ocurrir esto? ¿O por qué no ocurrió? Porque la coordinación que debe existir entre todos los ámbitos de la escenificación: música, escenografía y actuación, no se dan y al parecer a nadie le interesó que se dieran. Un triste montaje para un estreno nacional que no tuvo nunca conciencia de lo que podría significar como tal.

viernes, 18 de marzo de 2011

Rusalka: vacua burbuja de agua

Rusalka: vacua burbuja de agua
Manuel Yrízar

Luego de asistir a la apertura de la exposición en EL RINCÓN DEL TIEMPO del Palacio de Bellas Artes, donde se muestran carteles, fotografías, periódicos de la época, del recinto máximo de México, que recomendamos visitar, ocupamos nuestro lugar en la luneta para presenciar la tercera función de la ópera Rusalka, de Antonin Dvórak, en su estreno en México dentro del Festival de México.

La historia de la ninfa acuática o náyade, Rusalka, límnade emergente del lago según aprendimos que es una subdivisión de esa categoría de seres mitológicos según su hábitat, en este caso los lagos, que para su desgracia se enamora de un ser humano –un Príncipe por supuesto que como la mayoría de los pérfidos de su raza mortal y voluptuosa, infiel y veleidoso– sufrirá los horrores de la imposibilidad de realizar el desde antes imposible amor pues su condición de divinidad inmaterial jamás lo permitirá. El cuento de hadas checo fue convertido en ópera por Antonin Dvórak, y fue estrenada como tal en 1901 en Praga.

En realidad es un cuento de hadas con bella música, aunque la historia deviene en la tristeza que la Cierva blanca de cabellos rubios sufrirá durante toda la acción dramática por no poder consumar el amor que en ella nació cuando, como una onda etérea de agua insustancial, abrazó al Príncipe cuando se bañaba, quedando enferma de deseo de convertirse en mujer verdadera y realizar su amor en cuerpo y alma. Al final esa pasión imposible concluirá, como sucede en el romanticismo, con la muerte y el dolor.

Un cuento de hadas requiere una puesta de cuento de hadas. Y aquí fuimos testigos de que atrás de esas fantasías aparentemente triviales y hasta cursis, afloran algunos elementos que retratan nuestra cruel condición.

He de confesar que la puesta en escena de la obra produjo en mi sentimientos encontrados por la factura bastante infantil, por no decir pueril, del asunto. Acorde a la definición que da Francisco de la Maza de lo CURSI como “lo exquisito fallido” no es nada sencillo no caer en ese estilo almibarado y fútil, y sobrepasar al plano del logro estético deseado. Me sentí agobiado y abrumado a veces con la manera como se nos contaba la historia dentro de una escenografía semejante a una telaraña devoradora que bajaba y subía engullendo a los personajes de caricatura que casi se veían sepultados en esas falsas olas acuáticas. No creo que sea lo mejor que haya hecho en su carrera el talentoso escenógrafo Jorge Ballina. La propuesta de esa red de polietileno vuelto acordeón o bandoneón arrabalero que quería parecer ondulante lago enseñaba el truco fácil y nunca logró producir en mí la ilusión. Recuerdo que aprendí de Juan Ibáñez que en el teatro no deben “enseñarse los calzones”. Y aquí resaltaban un poco impúdicos pues los alambres colgados muy visibles que subían y bajaban la oruga, las rampas que subían y bajaban cada transición me parecieron repetitivas y cansadas. Los cómicos caricatos en que se transformaron los personajes más preocupados por no resbalar en tan incómodo espacio. La luna grandota como una pelotota que alumbra el callejón, las ramas secas silueteadas, los horrendos barandales cuadrados del segundo acto que rompían el estilo de curvas y elipses con esa intromisión ajena al concepto original. Sobreiluminda la escena deslumbraba a veces ese exceso de luz.

La parte musical tampoco me llenó de felicidad. Desigual y fallido el elenco tuvo bueno, malo y pésimo. La protagonista sueca Elisabet Strid cantó una Rusalka siempre acongojada y llorosa, una dama joven de película mexicana de los 40s. Siempre gimoteante y afligida, digna de Gloria Marín o Leticia Palma, no sabemos si compadecerla y llorar con ella o encabronarnos por tanta estupidez. Vocalmente cumple. Su voz es bella, buen timbre lírico, pero tan fría y azul como sus lágrimas y su vestido. Príncipe de Cachirulo el tenor importado de Bratislava Ludovir Ludha es malísimo. Seco, escaso, desfiatado, engolado, de ingrato timbre feo, mal actor, su participación fue de lo inaudible a lo insufrible. Jamás le creímos nada. ¿Cómo pudo una ninfa o una princesa enamorarse de eso? Detestable.

El bajo ruso de origen polaco Alexander Teliga tiene un instrumento poderoso y de timbre eslavo que resonó bien. Cumplió cabalmente con su personaje de Vodník, el espíritu de las aguas. La mezzosoprano Belem Rodríguez cantó una Bruja Jezibaba de buen nivel. Sobresalió como creíble actriz. La Princesa Extranjera de Celia Gómez enamoró al desaliñado príncipe más con su vestido rojo que con su voz. El Guardabosques Antonio Duque y el joven cocinero de Sandra Malika llevaron la parte cómica de la telenovela. Y, para mí lo mejor de la función, el extraordinario trabajo de las Tres Ninfas. Lucía Salas, Edurne Goyarzu y Nieves Navarro me hicieron pensar en los bellos momentos en que aparecían en que de verdad las ninfas existen. Espléndidas vocal y actoralmente.

No sonó mal la Orquesta del Teatro de Bellas Artes aunque no estuvo exenta de pifias notorias en trombones, cornos, o algunos alientos disparatados. Iván Angelov la llevó a veces con tiempos aburridos y cansados acordes a la versión propuesta. Enrique Singer movió como pudo a los actores cantantes que se tambaleaban, a lo Juventino Rosas, sobre las olas del lago donde lloran las ondinas la pérdida del oro. El coro, interno o en los palcos al estilo José Antonio Alcaráz ha mejorado baja la dirección del talentoso Xavier Rives. Del “Balletito” rudimentario mejor no hablamos.

Es loable que se haya estrenado Rusalka en México. Muchas funciones más necesitamos para salir del barranco. Es posible hacerlo si hay voluntad política para lograrlo.

Rusalka en Bellas Artes

Rusalka en Bellas Artes
Mauricio Rábago Palafox

La vida del escritor y poeta danés Hans Christian Andersen (1805-1875) no fue nada fácil; él y sus padres llegaron incluso a mendigar y vivir debajo de un puente y desde esa desfavorable condición logró progresar y convertirse en un aclamado escritor, poeta y cuentista, tal vez el más famoso de Dinamarca. Andersen escribió entre otras obras una colección de encantadores cuentos infantiles entre los que destacan "El patito feo", "El ruiseñor", "Pulgarcita", "Las zapatillas rojas", "El soldadito de plomo", "La pequeña cerillera" y muchos más que han sido admirados en todo el mundo y objeto de múltiples adaptaciones al teatro, cine, ballet y no pocos ilustradores y pintores los han reconceptualizado. En 1837 Andersen publica el cuento de hadas "La sirenita", que fue adaptado por Jaroslav Kvapil como libreto para la ópera Rusalka (1901) del compositor checo Antonin Dvorak (1841-1904) (cuya más famosa obra es la sinfonía 9, Desde el Nuevo Mundo). El cuento de "La sirenita" lo conocemos bien pues sirvió en 1989 como argumento del largometraje de Disney, donde se toman algunas libertades; la más notoria de ellas es el final feliz, a diferencia del cuento original donde el príncipe muere luego de besar a la Sirenita, que por cierto no se llama Ariel. Ciento diez años después de la premier mundial de Rusalka, se estrenó en Bellas Artes, el pasado jueves 10 de marzo de 2011, en el marco de la inauguración del 27 Festival de México (Fmx). La música de Rusalka es realmente encantadora y si no se había representado por tierras mexicanas es únicamente porque esta obra debe cantarse en checo, un idioma muy poco utilizado en el mundo de la ópera. Rusalka es dentro de la mitología eslava una ninfa del agua, la propia sirenita, la mayor de las hijas de Vodnik, el espíritu de las aguas.

El público asistente a este esperado estreno aplaudió a rabiar los tres actos de Rusalka y es que se logró conjuntar un muy buen elenco, así como una dirección escénica, vestuario, iluminación y escenografía de primera, aunados al buen desempeño de la orquesta y coros, conducidos por el búlgaro Ivan Anguélov. Es muy famosa la Canción de la Luna del primer acto (puede vérsela por Internet, como se muestra a continuación). Rusalka es una coproducción de Ópera de Bellas Artes y el Fmx. Se lució la sueca Elizabet Strid en el rol protagónico, un poco mayor de lo que debiera ser la ninfa, pero su canto fue de primer nivel. El bajo que interpretó al Vodnik, fue el polaco Alexander Teliga, en nuestra opinión un cantante portentoso, quizás quien se llevó la función. Muy intenso y magnífico cantante el tenor Ludovit Ludha quien interpretó al príncipe. Hay que mencionar que el tenor mexicano Rafael Álvarez Nava ha obtenido resonantes éxitos en la propia República Checa, cantando este rol del príncipe en Rusalka, ojalá lo inviten pronto a cantar en la Ópera de Bellas Artes. Los cantantes mexicanos que interpretaron los demás roles estuvieron al nivel de sus experimentados compañeros protagónicos. Hay que mencionar y aplaudir el desempeño de la mezzo Belem Rodríguez quien fue Jezibaba, la bruja de la historia; la dirección escénica de Enrique Singer y muy en especial la escenografía de Jorge Vallina así como la iluminación de Víctor Zapatero, verdaderamente esta vez nos ha dejado boquiabiertos el espectáculo de primerísimo nivel que constituyó el estreno en México de la Rusalka de Antonin Dvorak. Nada estuvo mal; quizás un poco deslucido el cuerpo de baile del palacio del príncipe, no la coreografía, y es que se les asignó un espacio reducido y en una rampa con una inclinación muy pronunciada, lo que debe haber sido muy incómodo para los bailarines. Por último hay que mencionar que el imaginativo vestuario diseñado por Eloise Kazan aportó lo suyo a esta fantástica puesta en escena.



Enhorabuena al INBA y al Fmx.

Presentación

Crítica musical en México es una revista blog cuyo interés se enfoca en revitalizar el ejercicio de la crítica musical en nuestro país a través de sus distintas vertientes: desde el análisis de los eventos musicales que hay en el país, hasta entrevistas y reportajes con quienes hacen posible esta actividad entre nosotros –tanto la musical como aquella que reflexiona y da cuenta de ésta. Convencidos que los viejos formatos de revistas formales son ya caducos debido a las nuevas tecnologías, y a que el público desea una relación más directa e inmediata con los acontecimientos que le rodean, nuestra publicación desea abrir espacios de diálogo, análisis y reflexión no sólo sobre el acontecer musical del país, sino también sobre el ejercicio crítico en sí y su responsabilidad, y permitir un auténtico diálogo inter y multigeneracional.

Sabedores que la crítica musical es también parte del reflejo de nuestra época, y que los espacios para su ejercicio están condicionados no sólo por los formatos otorgados por los medios de comunicación que se digna a brindarlos de acuerdo con sus posibilidades, sino también por los múltiples intereses extra-musicales que de muchos modos condicionan y en ocasiones incluso pervierten su ejercicio en meros reflejos artificiales ajenos a lo que realmente sucede, Crítica musical en México quiere hacerse eco de los deseos de una comunidad interesada en conocerse, en saber de sí misma a través de diversas perspectivas, pero también ser un espacio en donde la inteligencia, el análisis, el estudio y el debate confluyan, generando una dinámica de apertura e inteligencia, donde sea esta última la que predomine, en lugar de los prejuicios, los intereses creados y las relaciones extra-musicales.

Que la comunidad musical se vea reflejada en toda su complejidad y vitalidad a partir del ejercicio del intelecto reflexivo es nuestra última finalidad. Es por ello que en este espacio tendremos el honor de contar con las mentes más brillantes especializadas en el análisis y la reflexión de nuestro país; su labor será informativa a la vez que formativa, pedagógica a la vez que divulgativa, analítica a la vez que dialógica. Sólo esperamos que a la suma de voluntades de la inteligencia, se sumen la de los lectores, y nos acompañen por esta travesía que espera no llegar a puerto definido, sino a cada puerto donde haya un músico, y donde un lector esté interesado en escucharlo o en enterarse sobre su actividad.