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martes, 2 de julio de 2013

Estaban los tres cochinitos....


Srboljub Dinič, Ramón Vargas y Joanna Paris
Aunque uno quiera dejar ciertos asuntos por la paz, la realidad es tenaz y nos obliga a regresar sobre nuestros pasos, cuando pensábamos que cierto camino ya estaba agotado. Pero no. Esta vez se trata de una curiosa foto del año 2010, que aunque aparece como noticia, es un anuncio pagado por la televisora, en la que aparecen tres personajes que son la comidilla del medio musical mexicano actual. Tomada en Bratislava, y reproducida en la web por una página de aquellas tierras, la foto reproduce un encuentro entre el director de la televisión de ese estado, Václav Mika, con el director de la orquesta de la Ópera de Bratislava, Srboljub Dinič, mejor conocido entre nosotros con el afectuoso apelativo de Sbra Dinic, nuevo titular de la orquesta del teatro de Bellas Artes, nombrado, ni más ni menos, y por pura coincidencia, por Ramón Vargas, con quien tiene una relación muy productiva. En la foto aparece Joanna Paris, alumna, o discípula, del maestro Vargas, en alegre brindis al que el señor Mika convocó para que probaran los vinos del país.

La foto es bastante peculiar pues nos muestra a tres alegres compadres en abierto simposio y a quienes el público mexicano, incluido el operópata mayor, ya conocen de sobra, entre otras cosas porque justamente el titular de la Ópera de Bellas Artes les ha beneficiado con abierta displicencia. A los dos extranjeros, el maestro Vargas los ha impuesto sin importar otras opciones. A la Paris, su dilecta discípula, la impuso por sobre otras cantantes mexicanas que le fueron propuestas para la malhadada Gala Verdi, un Requiem para el olvido, y, en bomberazo de último momento, una Carmen que la orquesta no quiso tocar dirigida por José Areán, y ahora una puesta en escena lamentable de Il Trovatore. Al maestro Srboljub también lo trajo su amigo don Ramón para Gala y Requiem de Verdi, y ni se dio cuenta de cuando su cuatacho de copas no sólo le aventó la orquesta a los cantantes, sino regañó en plena ejecución a su alumna porque iba echo la mocha y ella no se percató de que debía seguir al chofer de la pesera en vez de que la orquesta la acompañase. Y ahora, tan distinguido director de orquesta será el de la orquesta del teatro de Bellas Artes, de modo que la Era dorada del maiceo..., perdón, quise decir, de la ópera en México, estará a cargo de planes venidos de fuera, de acuerdos hechos en el extranjero, al amparo de vinos eslovacos, en lugar de considerar a jóvenes directores, o no tan jóvenes, pero formados en el país. Se sabe en ciertos corros musicales, que Vargas mantiene una próspera y productiva relación con el mencionado director de orquesta desde hace al menos tres años, y que tanto él como su dilecta alumna gozan de anuales visitas a la Ópera de Bratislava como parte de esa relación, que ahora se ve enriquecida por el nombramiento que el maestro Vargas ha tenido a bien en darle a su cuate.

¿Se imagina, maestro Vargas, que cuando usted partió hacia el extranjero para conquistar los principales teatros del mundo, los titulares de las casas de ópera le hubieran cerrado las puertas por ser usted extranjero? Ah, pero cantantes hay para aventar pa' arriba. Directores de orquesta, en cambio, como que no. ¿Y usted trae a uno de un país de segunda o tercera en materia musical para dirigir nuestra orquesta? ¿Y trae a su dilecta alumna para cuanta función se le ponga enfrente? Perdón que se lo diga, maestro, pero eso suena a un remake de Maximiliano y Carlota. Imagínese en qué papel queda usted: ¿Le gustaría que lo equiparáramos con Juan Rodríguez Puebla, con Alfonso Junco, con Anastasio Bustamante, o con Manuel Sánchez de Tagle? Usted elija, maestro, que tanto sabe de historia.

¿Y usted dice, maestro Ramón Vargas, que va a hacer las cosas diferentes a sus predecesores, con acuerdos en lo oscurito, imponiendo verticalmente sus decisiones, sin importar más que su oscura voluntad? Le vuelvo a repetir, maestro, que lo que parece empezar muy alegre, en tragedia podría concluir (acuérdese del Don Giovanni). No diga, maestro, que no se lo hemos dicho en todos los tonos posibles.

Y nos tomamos la molestia de informarle, maestro Vargas, sabiendo lo ocupado que está para realizar un trabajo de esa naturaleza, que además de Ana Caridad Acosta, hay en México al menos otras tres, ¡SÍ, maestro, TRES!, mezzos verdianas que podrían haber hecho el papel de Azucena espléndidamente, sin problema alguno. Ellas son Nieves Navarro, Belén Rodríguez, y Amelia Sierra. Maestro, si necesita cantantes, ¡pregúuuuunteme! ¡Pregúuuuuuuuunteme!

Y sólo para que no diga que sólo yo la traigo contra usted, y para que se entere, le comparto lo que ya se ha dicho de su proyecto, pero usted ignora.

Proyecto centralista, megalómano y rocambolesco. ¿Los institutos de cultura de los estados van a querer dar sus dineros para pagar viáticos y gastos de mano a los grupos artísticos de Bellas Artes que ya tienen sueldos mensuales? Política y económicamente para los institutos estatales es más urgente atender el desarrollo de sus grupos artísticos locales. 

Además el FONCA fue creado no para pagar los espectáculos del INBA sino para que los creadores y artistas independientes desarrollen sus proyectos personales y comunitarios. El propósito, el fin primero y último para el cual el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, FONCA es invertir “en los proyectos culturales profesionales que surgen en la comunidad artística; ofrecer fondos para que los creadores puedan desarrollar su trabajo sin restricciones, afirmando el ejercicio de las libertades de expresión y creación”. Que no quiera Bellas Artes quitarle esos recursos al los artistas independientes para dárselo a quienes ya están en su nómina y con garantías de seguridad social y todo tipo de gastos médicos (hasta anteojos). A los músicos, cantantes y técnicos de Bellas Artes hay darles pagos extra por sacarlos a trabajar fuera de su recinto ¿lo saben ustedes lectores verdad? Ya lo intentamos en nuestro Estado y nos salía más caro que traer a la ópera de otro país. Y si el Fonca lo permite pues sería desviación de fondos públicos ¿no?

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