Crítica musical en México
Este miércoles se llevó a cabo la mesa de discusión Crítica musical, ¿crónica nacional?, que como anunciamos, se verificaría en el salón de usos múltiples del CENIDIM. Ante un nutrido público en el que notablemente resaltó la presencia de jóvenes compositores e intérpretes, también se contó con la presencia de algunas figuras importantes de la vida musical nacional, como el generoso compositor italiano Luca Belcastro (organizador del evento), el educador y divulgador J. Andrés Tapia O., el compositor Felipe Pérezsantiago, el integrante del grupo Tambuco, Ricardo Gallardo, el musicólogo norteamericano Thomas Stanford, el musicólogo Alejandro Barceló y el notable tenor José Guadalupe Reyes, quienes no siendo ponentes de la mesa, sin embargo hicieron precisiones importantes en torno no sólo al ejercicio de la crítica (Barceló), sino en cuanto a la educación musical (Reyes) y al aprovechamiento de las tradiciones populares de cada región de México para la formación musical en nuestro país (Stanford), así como el ejercicio de la crítica interactiva (Tapia), entre otras propuestas relevantes y de no menor importancia que lo que se expuso en la mesa.
La extensa mesa, tanto por la duración del amplio debate (casi tres horas y media) como por el número de sus participantes (seis, más un moderador: el compositor, musicólogo y director de orquesta Miguel Salmon del Real), fue recibida por la mayoría del público asistente de manera entusiasta. Es importante subrayar que resulta de enorme relevancia el que esta mesa de discusión haya sido acogida por la máxima institución de investigación musical en el país, y que su director, Eugenio Delgado Parra, haya participado como un ponente más y no como moderador o presentador general del evento, lo cual habla de la enorme importancia que ésta institución consideró tiene el tema, y de la importancia de las voces e inteligencias convocadas.
Los ponentes en la mesa fueron, en el orden acostumbrado, de acuerdo a la foto abajo reproducida, Mauricio Rábago Palafox, Roberto García Bonilla, Eugenio Delgado Parra (director del CENIDIM), Miguel Salmón del Real (moderador), Horacio Franco, Manuel Yrízar Rojas y José Manuel Recillas. Que el propio director del CENIDIM haya participado en esta mesa de discusión habla de la importancia de los asuntos abordados la tarde-noche del miércoles pasado. El tema recurrente en la mesa fue el de la responsabilidad del crítico, algo que desde la etimología misma de la palabra crítica resulta inherente a este ejercicio. La centralidad de este asunto, el de la verdadera responsabilidad del ejercicio de la crítica, no sólo fue debatido y expuesto desde diversas vertientes por los diversos ponentes, sino también por el músico Horacio Franco, quien en representación del gremio de intérpretes, señaló que una de las condiciones necesarias para el adecuado ejercicio de la crítica musical es que quien escriba de música tenga conocimientos específicos sobre esta, algo sobre lo que no fue posible coincidir del todo en la mesa (Delgado Parra, Recillas, Yrízar). Sin embargo, en lo que sí se coincidió de manera unánime, fue en la necesidad de que quien escriba y ejerza la profesión de crítica deba poseer un código de ética intachable (Salmón del Real), y actúe de manera responsable y hable sólo de lo que sepa (Rábago Palafox), de cualquier tipo de música que se trate. Igualmente se mencionó la responsabilidad social, pedagógica y formativa que esta labor debería tener entre nosotros.
Uno de los señalamientos más relevantes (Rábago Palafox) fue la necesidad de que quienes escriban crítica musical se aproximen a la literatura para afinar sus herramientas de expresión. Se señaló la enorme limitante que significa el hecho de que la mayoría de los músicos no suelen tener las más básicas habilidades literarias para poner por escrito lo que piensan (Recillas) y la imperiosa necesidad de que empiecen a hacerlo. Por esta razón, se señaló (Franco, Stanford), el músico no existe, es decir no es un interlocutor que cuente cuando de debatir la situación del país se trata. Asimismo, se insistió sobre la importancia de que las voces críticas se multipliquen a fin de dar distintas perspectivas sobre la actividad musical en el país, en vez de una sola voz que distorsione o difame (Gallardo, Franco). También se señaló la importancia que la investigación musical tiene para el ejercicio de la crítica (Tapia y García Bonilla) y se invitó a los musicólogos a actuar como divulgadores y no sólo como hiper-especialistas en asuntos técnicos (Pérezsantiago). También se insistió en que el crítico debe tener la libertad de no asistir a eventos que desde un principio carecen de elementos relevantes (el caso del concierto de Alondra de la Parra y Plácido Domingo, Rábago Palafox) y de que el crítico debe construir (Barceló, Rábago Palafox) y tiene una responsabilidad de índole pedagógico-formativa (Delgado Parra, Recillas).
La concurrencia a esta mesa de discusión dejó muchas preguntas en el aire, y Crítica musical en México irá reproduciendo en los próximos días tanto las ponencias de los participantes como crónicas del evento mismo.
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