free counters

martes, 19 de abril de 2011

Homenaje al maestro Enrique Jaso. ¿'On 'taban las autoridades?, por Raúl Díaz


Crítica musical en México reproduce, con la autorización de su autor, la siguiente nota sobre el homenaje que se le hiciera en el Palacio de Bellas Artes al fallecido maestro Enrique Jaso, y que fue publicada originalmente por el diario Unomásuno.



Homenaje al maestro Enrique Jaso. ¿'On 'taban las "autoridades"?
Raúl Díaz

Hace dos meses y unos pocos días dábamos cuenta aquí de la, para la comunidad operística nacional, dolorosa desaparición física del más que querido maestro Enrique Jaso Mendoza. Sus decenas de alumnos, llamémosles actuales ya que a lo largo de su vida suman miles; cantantes, periodistas, colegas suyos, críticos, compositores, directores de orquesta, otros involucrados en diversas formas en el quehacer operístico y hasta solo aficionados, es decir, todos aquellos que de una u otra manera tienen (tenemos) que ver con la ópera, consideramos como una cuestión natural que se le rindiera un homenaje de cuerpo presente en Bellas Artes porque, sin posibilidad de discusión ninguna, el maestro Jaso fue el más grande constructor de voces de por lo menos los últimos veinte y cinco años en México, cito solo dos ejemplos, Francisco (Paco) Araiza, a quien hace ya varios años describí como “el buque insignia de los cantantes mexicanos en el mundo” y, Rolando Villazón, en estos momentos primerísima figura del panorama operístico mundial.

Con tales antecedentes, repito, se nos hizo fácil pensar en que sus restos mortales estuvieran unas pocas horas, unas dos o tres, en Bellas Artes y, ni siquiera en la sala principal o el vestíbulo donde se estila homenajear a las grandes personalidades, sino en la más modesta y pequeña Sala Ponce de acuerdo a la humildad (pese a su grandeza) del maestro.

Sumamente conmovidos pero entusiasmados con la posibilidad sus más cercanos alumnos, sus “hijitos”, iniciaron las gestiones; inicialmente les dijeron que si pero luego les dijeron que no. Ellos me pidieron interceder, intenté hablar con la directora general pero no lo conseguí; el “director” (¿qué dirigirá?) de la Compañía Nacional de Ópera me dijo que él no podía resolver eso y, por fin, me atendió el subdirector general del INBA, quien me dio una explicación no convincente del porqué no se podía utilizar la Sala Ponce pero, que se velaría al maestro en el Conservatorio Nacional en donde había impartido sus enseñanzas los últimos más de veinte años.

En efecto, así sucedió. Quienes negaron la presencia del maestro en Bellas Artes, estuvieron presentes en la foto del Conservatorio.

Empero, la comunidad operística no quedó conforme. Se presionó y se presionó hasta conseguir que, dos meses después de su muerte (el recién pasado domingo 10 de marzo), y de habérsele negado el ingreso al recinto sagrado, en ese mismo Palacio de las Bellas Artes y ya no en la Sala Ponce sino en la Sala Principal, se rindiera un homenaje a su memoria consistente en una Gala de Ópera, cantada por algunos de sus alumnos, que fueron acompañados por la orquesta y el coro de la ópera del propio Bellas Artes.

La emotividad, por supuesto, fue el signo distintivo de la Gala y muchas lágrimas corrieron. Esto fue la luz.

Y uno hubiera deseado quedarse aquí, así, únicamente con esto, con la luz pero…

Pero hete aquí que la propia burocracia bellasarteana se encargó de poner la sombra.

Ni una sola, ni una sola de las butacas de los palcos oficiales estuvo ocupada siquiera por un minuto. Es decir, ni siquiera por aquello de “taparle el ojo al macho” se asomaron Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta; Teresa Vicencio directora de Bellas Artes o alguna otra de las “autoridades” culturales que, por supuesto, ignoran quien fue el maestro Enrique Jaso Mendoza y lo que significó en el desarrollo de la ópera nacional.

Y, el colmo, presentado esto como un homenaje y, por lo tanto, teóricamente, abierto a todo aquel que quisiera sumarse, no fue así ya que las autoridades decidieron cobrar la entrada. Si, si usted quería homenajear al maestro, tenía que pagar su entrada y vale agregar, NINGUNO DE LOS CANTANTES COBRÓ UN CENTAVO POR SU PARTICIPACIÓN.

Estas son nuestras autoridades culturales. Ay, cosas veredes Sancho amigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario